El arte de la evasión, la estrategia de China para tratar con Donald Trump

Internacional
/ 13 junio 2025

Si Xi Jinping, escribiera un libro titulado “El arte de negociar con Trump”, lo más probable es que abogaría por explotar las mayores debilidades del presidente estadounidense para ejercer la máxima presión posible

CHINA- Pekín ha usado el control que tiene sobre los minerales críticos y ha prolongado las conversaciones con Estados Unidos para evitar los temas más espinosos y fortalecerse.

Si el máximo dirigente chino, Xi Jinping, escribiera un libro titulado El arte de negociar con Trump, lo más probable es que abogaría por explotar las mayores debilidades del presidente estadounidense para ejercer la máxima presión posible, y luego utilizar el tiempo ganado para fortalecer la posición propia.

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Esa parece ser la estrategia adoptada por Pekín desde que el presidente Donald Trump incrementó los aranceles sobre los productos chinos en abril, en un intento de que China importara más productos estadounidenses y exportara menos de los suyos. En lugar de ceder, China se ha apoyado en su mejor carta, el control que tiene sobre los minerales críticos —de los que depende Estados Unidos—, al tiempo que ha dirigido la atención hacia unas conversaciones prolongadas en lugar de hacia resultados concretos.

Según los analistas, reuniones como las que acaban de concluir en Londres y las que tuvieron lugar el mes pasado en Ginebra mantienen a Estados Unidos atascado en negociaciones sobre pasos de procedimiento vagos —como, en Londres, el establecimiento de un “marco” para futuras conversaciones—. Eso permite a China evitar abordar las disputas más espinosas, como las acusaciones de Washington de que Pekín subvenciona injustamente a las industrias, inunda los mercados extranjeros con sus productos y limita la capacidad de las empresas extranjeras para hacer negocios dentro de China.

Creo que China se siente muy cómoda con este ciclo de escaramuzas económicas con Estados Unidos, seguidas de episodios de diplomacia que se limitan a volver al statu quo anterior”, dijo Jonathan Czin, miembro de la Brookings Institution, quien anteriormente trabajó en la Agencia Central de Inteligencia analizando la política china.

$!El presidente Donald Trump y el presidente Xi Jinping de China, en el escenario durante una cumbre económica en Beijing, el 9 de noviembre de 2017.

Este juego del gato y el ratón impide que Estados Unidos haga cualquier tipo de avance para abordar cualquiera de las preocupaciones estadounidenses subyacentes sobre las injustas políticas no comerciales de China”, añadió Czin.

China tiene un largo historial de frustrar a Estados Unidos en diálogos económicos que a menudo no llevan a ninguna parte. Según los críticos, este tipo de acercamientos permite a Pekín desviar la presión estadounidense mientras sigue desarrollando su economía y su capacidad manufacturera como mejor le parece.

Las tierras raras son un buen ejemplo. China domina el suministro mundial de estos minerales y de los imanes fabricados con ellos que se utilizan en automóviles, aviones, robots y semiconductores. En represalia por los aranceles del gobierno de Trump, Pekín detuvo los envíos. E incluso mientras ambos países negociaban la reanudación de dichas exportaciones, China estaba tomando medidas enérgicas contra el contrabando de tierras raras fuera del país para reforzar aún más su control.

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Podemos ver las crecientes medidas que China ha estado tomando entre bastidores para conseguir un firme control central sobre las exportaciones de materiales estratégicos”, dijo Kirsten Asdal, exasesora de inteligencia del Departamento de Defensa estadounidense, quien ahora dirige una consultora enfocada en China, Asdal Advisory.

De ese modo, “Pekín puede ajustar con gran precisión y rapidez según las condiciones políticas, lo que indica que se está preparando para usar esta estrategia como una palanca repetida durante mucho tiempo”, añadió.

No está claro qué acordaron exactamente los dos países tras las conversaciones de Londres, que se describieron como tensas.

Trump dijo el miércoles en una publicación en su página de redes sociales, en mayúsculas, que “Todos los imanes, y las tierras raras que sean necesarias, serán suministrados, por adelantado, por China”.

$!Oficinas de JL Mag Rare-Earth Company en Ganzhou, China. En lugar de ceder a las demandas de Donald Trump, China se ha apoyado en una carta de triunfo, su control de minerales críticos.

Pero China no ha dicho explícitamente que los envíos de tierras raras vuelvan a dirigirse a Estados Unidos como antes. Cuando se le preguntó al respecto durante una sesión informativa para la prensa el jueves, He Yadong, portavoz del Ministerio de Comercio, dijo solo que China había “aprobado un cierto número de solicitudes que cumplían los requisitos” de envíos de tierras raras, y que seguiría “reforzando” dichas aprobaciones.

China probablemente está siendo ambigua para mantener la amenaza de restricciones a la exportación como palanca, dijo Wang Yuesheng, director del Instituto de Economía Internacional de la Universidad de Pekín.

No es “un relajamiento total, pero tampoco una prohibición total como antes”, dijo. “Este estado intermedio permite a China ser relativamente más proactiva” si Estados Unidos “reprime a China”.

La estrategia de Xi no está exenta de riesgos, incluso con su ventaja sobre las tierras raras. Con lo impredecible que es, Trump podría decidir recurrir de nuevo a los aranceles o imponer otras medidas punitivas contra Pekín si se frustra con las negociaciones o determina que las exportaciones chinas de tierras raras siguen retrasándose.

La economía china no es tan fuerte como en la primera guerra comercial. Las exportaciones, principal motor económico de China, se han ralentizado, y unos aranceles sobre los productos chinos del 55 por ciento, la tasa que Trump ha mencionado, seguirían causando daño. El mercado inmobiliario del país todavía se está recuperando de una crisis. Y una de las industrias más prometedoras del país, la de los vehículos eléctricos, se ha visto afectada por un exceso de capacidad y una guerra de precios que la castiga.

En una posible señal de que el gobierno está preocupado por los efectos que la lenta economía china está teniendo en los ciudadanos de a pie, este anunció el lunes unas directrices destinadas a “abordar las necesidades urgentes, difíciles y apremiantes de la población” en el acceso a la educación, los servicios de atención a ancianos y niños y la seguridad social, aunque ofreció pocos detalles concretos.

Aun así, Xi está apostando a que puede superar a Trump en una guerra comercial prolongada, porque Trump es vulnerable al descontento público en Estados Unidos, afirman los analistas chinos.

La política interior es la parte más débil” de Estados Unidos, dijo Shen Dingli, especialista en relaciones internacionales en Shanghái.

Joy Dong colaboró con reportería desde Hong Kong.

David Pierson cubre la política exterior china y la interacción económica y cultural de China con el mundo. Es periodista desde hace más de dos décadas. c. 2025 The New York Times Company.

Por David Pierson y Berry Wang, The New York Times.

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