Villa-No: la pieza de arte de un saltillense que cambia la imagen del caudillo

A 100 años del asesinato del caudillo revolucionario Doroteo Arango, un artista saltillense plasmó una obra con un fin principal; tallar una obra con la cual se cree controversia acerca de la imagen conocida del revolucionario.

Nacido en San Juan del Río, Durango; Doroteo Arango fue un general revolucionario nacido el 5 de junio de 1878, quien peló en el norte del país contra las fuerzas federales durante los regímenes de Díaz, Huerta, Obregón y Carranza.

O al menos eso es lo que hasta ahora se nos ha dicho, puesto que diferentes expertos en la materia, así como artículos de divulgación y en este caso, un artista local, quien talló una obra acerca del personaje.

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Bajo el título “Villa-No”, es como Benjamín Martínez plasmó en una placa una obra, la cual viene cargada de simbolismos; mismos que hacen una crítica a la figura del personaje, o al menos la que conocemos hasta ahora.

“El gobierno federal declaró este año como el año de Villa y por eso mismo es que culminé esta obra, quiero generar polémica y conversación o debate acerca de la figura, quien es Villa, contrastemos las versiones; tanto las que dicen que loa ayudó y que les salvó la vida como aquellas que lo señalan como un asesino despiadado”, dijo Benjamín.

VILLA-NO: DE UNA PLACA A UN MENSAJE

Interviniendo una placa grabada, que fue tallada con la imagen del caudillo, como si esta, fuera a ser impresa en papel; sin embargo, pintándola con vivos colores, transformando una placa virgen en un cuadro.

Con una corona dorada con la leyenda “El silencio no te protege”; el autor cuenta que haciendo referencia al dicho popular “calladita te ves más bonita”, invita a romper la costumbre del silencio y hablar de los defectos conocidos del “Villano”.

Sobre la corona podemos encontrar un grupo de puños, referenciando directamente a las luchas sociales y que si bien en su momento Villa representó una; ahora el movimiento corresponde a nosotros, para desmitificar la esfera a su alrededor.

Los laureles que caen de la corona, llaman la atención a primera vista; siendo que en un principio estas coronas se les daba a los personajes a reconocer. Sin embargo, tomando más la vía de que un laurel jamás lo toca el rayo, señalando que en su momento al personaje se le cubrió de laureles, lo que el autor expresó que representa la protección que se le dio a su imagen en su momento.

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De la misma forma, Benjamín señala que la forma invertida plantea la pregunta “¿a los héroes de la patria no se les toca nunca?”, tal como hasta el momento, las versiones oficiales lo han hecho con el caudillo.

Dos cráneos morados, representando un homenaje a las mujeres a las que Villa “les arruinó la vida”, casándose con ellas, dejando hijos e incluso asesinándolas. No solo a ellas a quienes asesinó, sino también abusó sexualmente e incentivó a sus hombres a hacerlo. Así como a las Adelitas que estuvieron en lucha con y contra él.

Mismos cráneos que como ofrecimiento llevan rosas rojas, en representación de la sangre vertida por el caudillo y sus hombres, así como las vidas indirectas que el hombre quitó a la gente.

Fetos en las carrilleras, hay cientos de historias, y bajo la analogía de pistola como “semental”; se presume que Villa fue dejando miles de balas perdidas alrededor del país, lo que se puede decir como “hijos regados”.