Daniela Linares Danzos construye su camino en la élite de la natación con apenas 15 años
A su corta edad, la disciplina y constancia que demuestra la perfilan como una joven con proyección internacional y metas claras a futuro
Con apenas 15 años, Daniela Linares Danzos ya se mueve con naturalidad en escenarios que para muchos atletas llegan mucho después. La nadadora juvenil cerró el 2025 como subcampeona nacional del Abierto Mexicano de Natación, una competencia que reunió a lo más sólido del país y que representó para ella no solo una vitrina de resultados, sino una etapa clave de aprendizaje.
Linares Danzos subió al podio en seis ocasiones. Ganó plata en 200 metros dorso, prueba que se ha convertido en su especialidad, además de repetir segundo lugar en 100 dorso, relevos 400 x combinado libre, 400 x combinado mixto y 400 x mixto libre, mientras que también aportó un bronce en el 400 x 100 libre. El balance confirmó su regularidad y su capacidad para competir en pruebas individuales y por equipos.
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Dani quedó por debajo de Celia Pulido, la nadadora leonesa que se consolidó como una de las máximas protagonistas del Abierto Nacional de Natación Curso Corto 2025. Celia Pulido, participante en los Juegos Olímpicos París 2024, obtuvo tres medallas de oro e impuso récord absoluto en 50 metros mariposa y 100 metros dorso, además de destacarse en los 50 metros dorso. La presencia de Celia Pulido marcó el nivel de competencia y ofreció a Daniela Linares Danzos un referente de élite nacional e internacional.
A pesar de competir contra una atleta de alto calibre, Daniela vivió un momento especial tras la competencia: compartió con Celia Pulido un instante para tomarse una foto juntas, un gesto que refleja el respeto y la admiración entre las nuevas generaciones de nadadoras mexicanas.
Más allá de las medallas, su historia con la natación no responde a un inicio puntual. “No siento que haya un comienzo, he nadado toda mi vida. Es algo que es parte de mí”, explica. Esa naturalidad se refleja en la forma en que habla del agua, de la rutina y de la exigencia diaria que asume desde hace años.
El Abierto Nacional, disputado en México, tuvo un valor especial. Para Daniela Linares Danzos fue una oportunidad de medirse en casa, pero con estándares altos. “Es una nueva oportunidad para aprender y competir al más alto nivel en México”, resume. La preparación para el evento fue específica, con semanas enfocadas en la intensidad, aunque aclara que el trabajo es constante durante todo el año, entrenando seis días a la semana.
El 200 dorso, su prueba favorita, se ha vuelto su carta fuerte casi de manera natural. “La disfruto mucho”, dice sin mayor explicación técnica, dejando claro que el gusto también juega un papel clave en el rendimiento. En lo emocional, ha desarrollado su propio método para competir: entender que nadar es lo mismo sin importar el escenario, dentro o fuera del país.
El proceso no ha estado exento de retos. La carga física es alta y sostener el esfuerzo diario no siempre es sencillo. A eso se suma el equilibrio con la escuela, que exige disciplina y prioridades claras. En ese camino, el apoyo familiar ha sido determinante. “Mi mamá y mi papá siempre están ahí”, destaca.
Linares Danzos reconoce que la posibilidad de romper un récord nacional es un estímulo motivador, aunque no lo ve como una obligación. “Tener la posibilidad de alcanzarlo es algo muy emocionante”, comenta. Además, sabe que la experiencia de competir fuera de Estados Unidos le permitirá adaptarse a diferentes estilos de competencia, algo esencial si planea continuar su carrera internacional.
A corto plazo, su objetivo es seguir preparándose; a largo plazo, el sueño es claro: llegar a unos Juegos Olímpicos. Su mensaje para otros jóvenes es directo: la confianza y la constancia marcan la diferencia. Los resultados, asegura, nacen del trabajo propio y de creer, incluso cuando el camino se vuelve complicado.