Castigan a 102 jugadores en Turquía por participar en apuestas ilegales
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La Federación Turca de Futbol anunció suspensiones de hasta un año para 102 futbolistas de la Superliga y la Primera División tras descubrir su participación en apuestas prohibidas
El futbol turco enfrenta uno de los mayores escándalos de su historia reciente. La Federación Turca de Futbol (TFF) confirmó este jueves que 102 jugadores fueron sancionados por involucrarse en apuestas deportivas ilegales, un acto prohibido para cualquier futbolista profesional.
La investigación reveló la participación de elementos de la Superliga y de la segunda categoría, lo que obligó a la autoridad a aplicar suspensiones que van desde 45 días hasta 12 meses, según el nivel de involucramiento.
EL ESCÁNDALO QUE SACUDIÓ AL FUTBOL TURCO
La TFF inició el proceso disciplinario después de detectar una red de apuestas en la que aparecían decenas de jugadores activos. Entre los castigados se encuentran 25 futbolistas de la máxima categoría y 77 del Ascenso, lo que dimensiona la gravedad del caso.
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Entre los nombres más mediáticos aparecen Eren Elmali y Metehan Baltaci, ambos ligados al Galatasaray, quienes recibieron suspensiones de 45 días y nueve meses, respectivamente.
Las autoridades deportivas señalaron que el objetivo de la investigación es recuperar la credibilidad del futbol turco, afectado por la revelación de que incluso 371 de 571 árbitros estaban registrados en plataformas de apuestas, con 152 utilizando activamente sus cuentas.
Aunque la TFF ya había iniciado acciones contra el gremio arbitral, este nuevo listado de jugadores sancionados incrementó la percepción de una crisis ética de gran escala.
SANCIONES DE HASTA UN AÑO
La Federación detalló que las suspensiones se definieron según el grado de participación. Algunos futbolistas admitieron haber realizado apuestas en partidos donde no jugaban sus propios equipos, mientras que otros casos mostraron una actividad más sistemática.
La TFF también ordenó a los clubes ajustar sus plantillas y reforzar sus controles internos, mientras que ligas de categorías menores suspendieron temporalmente su actividad para reorganizar calendarios y registros de jugadores.
El caso amenaza la reputación internacional del futbol turco y abre la puerta a nuevas medidas para combatir la corrupción y la manipulación de partidos.
Analistas locales señalan que este episodio obligará a implementar nuevas estrategias de monitoreo, revisiones profundas al reglamento y un mayor control sobre las actividades extracancha de jugadores y árbitros.
Mientras tanto, la TFF aseguró que la investigación continuará para determinar si existen vínculos con organizaciones externas o posibles intentos de influir en resultados, un escenario que elevaría aún más la gravedad del escándalo.