Magia y lucha libre cautivan a los saltillenses

Más de 4 mil saltillenses acudieron la noche del sábado al Lienzo Charro Profesor Enrique González donde el ruedo destinado a la tauromaquia y a las suertes charras se transformó en el escenario para combates de la lucha libre.

¿Qué es la lucha libre? ¿Pantomima? ¿Teatro? ¿Simulación? ¿Arte? ¿Deporte? ¿Cultura?

Magia. La lucha mexicana es magia, así lo resumió Rodrigo Barba, promotor de lucha libre, al asegurar que el arte del pancracio de México es único en el mundo. Más allá del uso de las máscaras, que se extendió a nivel mundial, los gladiadores de nuestro país demuestran una técnica única, su manejo del llaveo a ras de lona y sus vuelos acrobáticos son incomparables.

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“En la piel del mexicano viene tatuado el arte de la lucha, de la guerra entre el bien y el mal y siempre va a representar la batalla por pelear y seguir adelante, por eso nos gusta tanto la lucha libre. La lucha es magia por la manera en que cautiva, a pesar de ser un espectáculo la magia es real y nos gusta vivirlo”.

Familias completas, abuelos, padres e hijos se dieron cita para disfrutar de más de 4 horas de intensos combates donde rudos y técnicos se ganaron las rechiflas y los aplausos.

Las marrullerías, los faules, los sillazos y golpes prohibidos repartidos por los rudos fueron abucheados por los espectadores, quienes admiraron los vuelos desde la tercera cuerda y las patadas voladoras lanzados por unos y otros con inigualable destreza.

La lucha estelar la protagonizaron Dr. Wagner JR. y un Vampiro Canadiense contra Pentagón JR y Sam Adonis. El Vampiro llegó diezmado al encuentro. Desde el inicio las piernas no le respondieron y le fallaron al intentar patadas voladoras, así que dejó que el Dr. Wagner se la rifara solo, sin más apoyo que el del público que se rindió ante su destreza en el cuadrilátero.

A una sola caída, los rudos embistieron a los técnicos tan pronto inició el combate, los masacraron a base de patadas en el estómago y las piernas. Los técnicos, desprevenidos, fueron sometidos de inmediato. Una ligera reacción emocionó a chicos y grandes, pero el daño ya estaba hecho.

Sam Adonis, odiado y admirado y quien se hace llamar el “rey de reyes de la lucha”, vapuleó al DR. Wagner afuera del encordado y ondeaba la bandera de las barras y las estrellas abajo del ring.

Arriba, el hijo de Octagón, fiel al estilo de los rudos, aprovechó un descuido del referí y le metió tremenda patada en la entrepierna al Vampiro Canadiense que cayó fulminado por el dolor. Ese golpe no era necesario, el Vampiro ya solo caminaba sobre la lona y solo pretendía evitar un daño mayor.

Terminó el combate. El Vampiro no podía sostenerse en pie. Pentagón le sirvió de apoyo camino a los vestidores. El Vampiro ya no es tal. Sus piernas ya no le responden.

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La lucha co-estelar incluyó a Dave The Clown, Murder Clown y Negro Casas midiendo fuerzas contra Cibernético, Psicosis y Abismo Negro, combate que se llevaron estos últimos, gracias a un “faul” propinado por Sicosis a Murder Clown. Aún así, el ya veterano Negro Casas se llevó los aplausos de los asistentes en reconocimiento a su larga trayectoria arriba del ring. Su retiro ya está muy cerca.

Previamente, los aficionados al arte del pancracio disfrutaron las acrobacias entre Villano III, Baby Xtreme y Bendito.

El combate entre Hiedra y Chik Tormenta en contra de Kaientai y Lord Byron, fueron calentando las emociones previo a las luchas estelares.