Multan a Porsche con 535 millones de euros por el escándalo del diésel

Motor
/ 8 mayo 2019

Según la fiscalía, la empresa no cumplió con sus obligaciones de velar por la ejecución de las disposiciones legales sobre emisiones de gases contaminantes

Berlín.- La fiscalía de Stuttgart (suroeste de Alemania) impuso hoy una multa de 535 millones de euros al fabricante de automóviles Porsche en el marco de las investigaciones sobre el escándalo de las manipulaciones con los datos de emisiones de motores diésel.

Según la fiscalía, la empresa no cumplió con sus obligaciones de velar por la ejecución de las disposiciones legales sobre emisiones de gases contaminantes.

Eso llevó a que los modelos de Porsche con motores diésel V6 y V8 -un total de cerca de 99.000 vehículos- no cumplieran con las exigencias que contempla la ley.

Ese sólo hecho se castigó con una multa de 4 millones de euros. Los otros 531 millones de multa se imponen por las ventajas económicas que tuvo Porsche con la manipulación.

La fiscalía fijó la cantidad considerando los beneficios obtenidos por los vehículos vendidos y descontando los costos que ha tenido Porsche para readaptar posteriormente esos coches.

Porsche, filial de Volkswagen (VW), ha aceptado la multa y no interpondrá ningún recurso, y deberá pagar la cantidad fijada en el curso de las próximas seis semanas.

Sin embargo, con ello el caso no está cerrado para el fabricante ya que todavía hay procesos pendientes contra trabajadores de la empresa en el marco del escándalo.

Porsche no fabricó los motores afectados sino los recibió del fabricante Audi, al que ya la fiscalía de Múnich le impuso una multa de 800 millones de euros en otoño de 2018.

También VW ha tenido que pagar en Alemania una multa de 1.000 millones de euros por manipulación de los datos de emisiones de sus motores diésel.

La fiscalía de Stuttgart también tiene un sumario abierto contra Daimler, asimismo relacionado con el diésel y que puede desembocar en otra multa millonaria.

A diferencia de VW, que ha aceptado haber incurrido en conductas ilegales al menos en EEUU, Daimler sostiene no haber violado ninguna ley.

Los coches afectados tenían un mecanismo que permitía que, en talleres, cuando se hacían las pruebas de control por parte de las autoridades, las emisiones de NOX fueran menores que las que realmente se producían en carretera.

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