Encuentran plomo en 17% de niños y niñas 1 a 4 años en México
Es altamente tóxico y puede afectar al hígado, riñones, la visión y audición de los menores afectados
De forma silenciosa, un elemento químico afecta la salud, el comportamiento y la capacidad de aprendizaje de casi uno de cada cuatro niños pequeños en México.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022, recién presentados, 16.8 por ciento de los niños de 1 a 4 años en el País, es decir, alrededor de 1.4 millones, registra intoxicación por plomo, conforme al parámetro de la norma oficial mexicana NOM-199-SSA1-2000.
Y la proporción se eleva a 38.7 por ciento en la región Pacífico Sur (Guerrero, Morelos, Oaxaca y Puebla); a 30.8 en la región Centro (Hidalgo, Tlaxcala y Veracruz), y a 26.6 en Ciudad de México y Estado de México.
Un artículo sobre estos resultados de la Ensanut, publicado en la revista Salud Pública en México, remarca que la exposición a plomo representa un severo riesgo, ya que no existe una concentración en el cuerpo que sea segura.
En México, precisa, la exposición se produce por factores tan cotidianos como el uso de cierta loza para la preparación y consumo de alimentos o la cercanía con fuentes de contaminación.
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Y advierte que la intoxicación de niños por plomo es un problema que no ha logrado disminuirse en forma significativa, si se consideran los resultados de la Ensanut de 2018, cuando la prevalencia se ubicó en 17.4 por ciento.
Mara Téllez Rojo, especialista del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y participante en el estudio, explica que el plomo es un elemento altamente tóxico para el cuerpo humano, puede afectar lo mismo el cerebro, que el hígado, los riñones, o cualquier otro órgano en el que se deposite.
A largo plazo, advierte, los efectos van siendo cada vez más severos.
En el caso de los niños, señala en entrevista, el riesgo inicia desde las mujeres embarazadas. Cuando se exponen a plomo, explica, éste pasa a la placenta, llega al feto en formación y empieza a alterar el desarrollo del niño.
Alerta en particular sobre las afectaciones al cerebro.
“El problema es que no permite que se desarrolle la inteligencia, hace que los niños con mayores niveles de plomo sean niños con mayor probabilidad de ser hiperactivos, de tener problemas de conducta, de ser más agresivos”, apunta.
Y el problema, señala, es que es muy poco detectable.
“Si hay un niño con problemas de hiperactividad siempre se asocia a otras cosas, menos al plomo”.
Ya en la edad adulta, abunda, las manifestaciones del efecto del plomo en salud son enormes, en audición, en visión, en hígado, en riñón.
DIAGNÓSTICO
El estudio sobre plomo de la Ensanut 2022 incluyó la toma y análisis de muestras de sangre y la aplicación de un cuestionario en una muestra representativa de hogares del País.
Para determinar que existía contaminación se utilizó como valor de referencia el establecido por la NOM-199-SSA1-2000, 5 microgramos por decilitro de sangre.
“Llevamos un instrumento de medición que utiliza sangre capilar del dedo índice, como cuando se hacen mediciones de glucosa. Pinchamos, tomamos una gota de sangre y la analizamos con el instrumento que se llama LeadCare, que se usa ampliamente en el mundo y permite tener resultados inmediatamente”, explica Téllez Rojo.
“Si identificamos a un niño o a una niña con niveles de intoxicación, en ese momento podemos orientar a la mamá, o al cuidador o la cuidadora, sobre qué es lo que debe hacer para quitar la exposición”.
En tanto, el cuestionario permitió identificar las fuentes de exposición: uso de barro vidriado con plomo, exposición ambiental y exposición ocupacional.
El 67.5 por ciento de la población de estudio, detalla el artículo sobre los resultados, reportó haber estado expuesta a una o más de las fuentes consideradas. La proporción de hogares que reportó exposición a una fuente exclusiva fue de 21.2 por ciento para barro vidriado, 17.7 para exposición ambiental y 7.4 y para exposición ocupacional.
“La parte del barro vidriado es totalmente nutricional. Es la gente que come o prepara sus alimentos en barro vidriado frecuentemente. Ahí entra el plomo directo al sistema digestivo, se absorbe por el intestino y ya de ahí se distribuye por todo el cuerpo”, explica la investigadora del INSP.
La exposición por uso de barro vidriado, señala, sigue siendo la principal fuente de intoxicación, pero no es la única.
“Si vives cerca de un taller mecánico, de un taller de pintura, de una mina, de un lugar de reciclaje de baterías, es probable que por el viento se esparzan partículas de plomo y tengas plomo en la sangre. Esa es la exposición ambiental”, indica.
“Y también exploramos hogares en donde hubiera personas que trabajan en alguna actividad en la que se expongan al plomo y que sean los agentes que llevan el plomo a los hogares, por ejemplo herrerías, plomerías, fundidoras, minas”.
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TRATAMIENTO
Para Téllez Rojo, México requiere de contundentes acciones para controlar la exposición a plomo.
A partir de los resultados de la Ensanut, recuerda, el Consejo de Salubridad General aprobó en noviembre de 2019 el Programa de Acción de Aplicación Inmediata para el Control de la Exposición a Plomo en México.
Sin embargo, lamenta, su instrumentación se vio frenada por la pandemia de COVID-19.
“Lo que estamos buscando ahora, trabajando con la Secretaría de Salud, es que se retome ese programa”, comenta.
Destaca que en el programa hay un eje que tiene que ver con soluciones tecnológicas al uso del plomo en la alfarería.
“El problema de esto está en el barniz, no está en el barro. Cuando un artesano produce una pieza se barniza a mano, dicho sea de paso, con un esmalte de plomo, en una exposición ocupacional tremenda. Y luego se lleva a hornos domésticos, que no alcanzan temperaturas como para que el plomo se fije”, apunta.
“Lo que se está buscando, y sí hay opciones, es mantener la tradición, mantener el trabajo de los alfareros, pero que ese proceso de esmaltado sea sin plomo”.
Con información de REFORMA