Debatirán en el Sínodo sobre cómo aceptar a las personas LGBT y dar mayor presencia a mujeres
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En el Sínodo, que es la asamblea de los obispos de la Iglesia católica, que se llevará a cabo en octubre 2023, se debatirá cómo aceptar a las personas LGBTQ+, así como a dar mayor presencia a las mujeres
Ciudad del Vaticano- Además, se va a tratar otros temas, entre ellos, cómo continuar dando pasos concretos con el propósito de ofrecer justicia a víctimas y supervivientes de los abusos sexuales, según el Instrumentum Laboris (documento de trabajo) que fue publicado hoy por el Vaticano.
Así mismo, en este Sínodo, que inició su preparación en 2021, los obispos tendrán el desafío de tratar el tema de la Sinodalidad, esto es, cómo la Iglesia católica debe caminar unida y escuchar a todos sus miembros, en este sentido, el documento dado a conocer hoy será la hoja de ruta para su futuro.
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Así también, esta será la primera vez que la asamblea está conformada, por obispos y laicos y entre ellos mujeres con derecho a voz y voto, y que toma en cuenta todas las peticiones e interrogantes de los fieles de todo el mundo recopiladas durante estos años.
UNA IGLESIA SINODAL
También en el documento se resalta que “en una Iglesia sinodal”, son los pobres quienes “ocupan un lugar central”, asimismo “el cambio climático” y además requiere la atención de los católicos y “los movimientos migratorios”.
COMUNIDAD LGBT+
Es talvez lo más es el tema significativo del documento en el que usa el término “personas LGBT+” en vez del habitual “personas con tendencias homosexuales”, lo que hace suponer un mayor nivel de aceptación desde que Francisco, hace una década, pronunció su famosa frase de “¿Quién soy yo para juzgar?”.
“Hay una necesidad profunda de imitar a Nuestro Amo y Señor en cuanto a la habilidad de vivir una paradoja aparente: proclamar agresivamente su enseñanza auténtica y al mismo tiempo servir de testigo para una inclusión y aceptación radicales”, precisa el Instrumentum Laboris.
En sus más de 50 páginas de este documento de trabajo se resume esta actividad y cuenta con varias fichas de trabajo con preguntas sobre los temas que se van a tratar para que se aborden en las sesiones: “existen personas que no se sienten aceptadas en la Iglesia, como los divorciados vueltos a casar, las personas en matrimonios polígamos o las personas LGBTQ+ y también señalan formas de discriminación racial, tribal, étnica, de clase o de casta que “llevan a algunos a sentirse menos importantes o menos bienvenidos dentro de la comunidad”, señala el Instrumentum Laboris.
“¿Cómo podemos crear espacios en los que aquellos que se sienten heridos por la Iglesia y rechazados por la comunidad puedan sentirse reconocidos, acogidos, no juzgados y libres para hacer preguntas?, y ¿qué medidas concretas son necesarias para llegar a las personas que se sienten excluidas de la Iglesia a causa de su afectividad y sexualidad?”, se cuestionará la asamblea según se lee en el texto.
MUJERES EN LA IGLESIA
Otro punto que emergió durante las asambleas preparatorias es la necesidad de “que se aborde la cuestión de la participación de las mujeres en el gobierno, la toma de decisiones, la misión y los ministerios a todos los niveles de la Iglesia, con el apoyo de las estructuras adecuadas para que esto no se quede en una mera aspiración general”.
Por otra parte, se abordará en el Sínodo el papel de las religiosas con el objetivo de que estén mejor representadas en los procesos de gobierno y de toma de decisiones y “mejor protegidas de los abusos y también más justamente remuneradas por su trabajo”.
Siendo así, que se debatirá la petición de “que se considere de nuevo la cuestión del acceso de las mujeres al diaconado”, con el propósito de que puedan ejercer algunas funciones que ahora solo corresponden a los sacerdotes, no obstante en el texto no habla de sacerdocio.
SUPERAR EL DRAMA DE LOS ABUSOS
Este Sínodo deberá, de acuerdo con el documento, tomar en cuenta “que las Iglesias están profundamente afectadas por la crisis de los abusos sexuales” debido a que “se trata de heridas abiertas, cuyas consecuencias aún no se han abordado plenamente”.
“Además de pedir perdón a las víctimas del sufrimiento causado, la Iglesia debe unirse al creciente compromiso de conversión y reforma para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro”, detalla el documento.
Es por esta razón que se tratará “la necesidad de aprender a ejercer la justicia como forma de acoger a quienes han sido heridos por miembros de la Iglesia, especialmente las víctimas y supervivientes de todas las formas de abuso”.
“¿Cómo podemos seguir dando pasos concretos para ofrecer justicia a víctimas y supervivientes de los abusos sexuales, espirituales, económicos, de poder y de conciencia perpetrados por personas que desempeñaban un ministerio o una misión eclesiástica?”, será una de las preguntas durante la asamblea, que este año estará conformada por primera vez por un 75 por ciento de obispos y un 25 por ciento de laicos y religiosos.
Con información de las Agencias EFE.