El Gobierno de Guatemala corre el riesgo de perderse el auge en la demanda de minerales para carros eléctricos
Guatemala tiene grandes reservas de níquel, un metal que tradicionalmente se ha utilizado para fabricar acero inoxidable
Crecen las preocupaciones de que Guatemala podría perderse un auge minero impulsado por la electrificación después de que su gobierno detuviera los planes para emitir nuevas licencias de exportación.
Centroamérica carece de grandes cantidades de minerales estratégicos como el litio y el cobalto, que serán vitales en la transición del petróleo y el gas hacia los vehículos eléctricos (EVs) y las baterías.
Sin embargo, Guatemala sí tiene grandes reservas de níquel, un metal que tradicionalmente se ha utilizado para fabricar acero inoxidable, pero que es un componente cada vez más importante en las baterías eléctricas.
Históricamente, Guatemala ha producido aproximadamente el 1,8% del suministro mundial de níquel, pero esto se detuvo a principios del 2024, después de que el Gobierno del Presidente Bernardo Arévalo se negara a emitir permisos de exportación para varias minas de metales existentes y anunciara una moratoria a toda la industria sobre las licencias para nuevos proyectos.
A principios de este año, el ministro de Energía y Minas, Hugo Ventura, anunció planes para una prohibición de dos o más años en nuevas licencias mineras, así como una revisión de las licencias existentes en toda la industria. En una entrevista en abril, la ministra de Medio Ambiente de Guatemala, Patricia Orantes, dijo que la ley de minería de metales “debe ser reformada”.
Confirmando los planes para avanzar con la moratoria propuesta por el Gobierno sobre el reconocimiento, exploración y explotación de nuevas licencias de minería de metales, Orantes agregó: ”La Ley de Minería actual es una ley que no protege los intereses del pueblo de Guatemala, los recursos mineros pertenecen al pueblo de Guatemala y el Estado solo los ha administrado, y esa ley debe ser reformada”, dijo.
Como resultado de la falta de actividad y la incertidumbre que rodea a la industria, el país ha perdido millones de dólares en impuestos, regalías y oportunidades de empleo, según expertos.
Uno de los proyectos que siente los efectos del nuevo enfoque del gobierno es el Proyecto Fénix, una mina de níquel y una planta de procesamiento ubicada en el nororiente del país, y que pertenecen respectivamente a la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN) y a la Compañía Procesadora de Níquel de Izabal (PRONICO). El proyecto, que normalmente sostiene más de 1,500 empleos directos y muchos más indirectamente, se vio obligado a pausar operaciones en 2022 después de ser sancionado por el Gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, a pesar de que las sanciones se levantaron en enero de este año, el gobierno guatemalteco se ha negado a renovar los permisos de exportación del proyecto. MayaNíquel, una mina de níquel vecina, también ha visto rechazada su solicitud de permiso de exportación por parte de la administración de Arévalo.
En una entrevista reciente, Valery Zurita, directora ejecutiva de la gremial de minería guatemalteca GRENAT, destacó la importancia de las minas para la economía local y nacional.
”Según las estimaciones que hemos hecho con CABI [Central American Business Intelligence], la reactivación de estos proyectos podría generar 4,5 mil millones de quetzales (580 millones de dólares) en PIB, más de 23 mil empleos directos e indirectos, así como 397 millones de quetzales (51 millones de dólares) en contribuciones al estado en regalías y otros impuestos”.
La negativa del Gobierno a otorgar nuevas licencias, significa que la minería de Guatemala se ha perdido del aumento del 17% en los precios del níquel a nivel internacional desde el comienzo de este año. Los precios ahora rondan los $ 19,000 dólares por tonelada y el mercado espera que suban aún más en los próximos años.
Según la Bolsa de Metales de Londres, los contratos para la entrega de níquel en diciembre de 2027 están casi en $ 21,500 dólares, lo que indica el precio que los compradores esperan que alcance el metal en ese momento.
La pérdida de Guatemala ha sido la ganancia de Indonesia, ya que el país del sudeste asiático ha aumentado significativamente su producción. Según ING, el banco holandés, Indonesia ha incrementado su producción en un 54% en dos años mientras busca dominar el mercado global.
El aumento en la producción llevó a una caída en los precios del níquel el año pasado, pero se han recuperado en 2024 y los analistas esperan más aumentos a medida que la demanda de electrificación crece. ING estima que las baterías de vehículos eléctricos ahora representan aproximadamente el 17% de la demanda total de níquel y este número está aumentando a medida que la demanda de EVs crece. El níquel se utiliza para aumentar la densidad de energía de las baterías y su rango de conducción.
Según el Banco Mundial, la demanda de minerales para EVs como el níquel y el cobalto podría aumentar en un 500% para 2050 a medida que las tecnologías de energía limpia se vuelvan más populares.
Si el Gobierno de Guatemala continúa demorando la emisión de permisos de exportación para sus productores de níquel, el país y toda Centroamérica corren el riesgo de perder las oportunidades que ofrece el cambio hacia la electrificación.