NASA reconstruye la sala del Centro Espacial Johnson donde se dirigió la misión del Apolo 11

Internacional
/ 29 junio 2019

En la icónica sala hay una réplica del teléfono rojo, cuyo original se encuentra actualmente en la sede del Departamento de Defensa, así como las pantallas que proyectaban lo que recogían las cámaras de los módulos lunares, como la que captó la trayectoria de descenso y la caminata del astronauta Neil Armstrong en suelo lunar.

A pocas semanas de la conmemoración del cincuentenario de la llegada del hombre a la Luna, la NASA ha recuperado el aspecto original que tenía en 1969 la sala del Centro Espacial Johnson, en Houston (Texas, EU), desde donde se dirigió la misión que cambió la historia de la humanidad.

Nombrado en 1985 Patrimonio Histórico Nacional, este recintofueo restaurado irónicamente para lucir como hace cincuenta años, en un proceso iniciado en 2017 y por el que reaparecieron las consolas de los controladores de vuelo, con sus llamativos botones de colores, además de ceniceros, colillas de cigarros y butacas de la época en la sala de visitantes.

Gene Kranz, el mítico director de vuelos durante los proyectos Gemini y Apolo de la NASA, fue uno de los promotores de la "renovación" de la sala, que se logró tras el desembolso de unos ocho millones de dólares, reunidos con fondos locales y donaciones provenientes de dentro y fuera del país.

"En realidad, empezó hace muchos años, cuando me jubilé. Vi que el centro de operaciones había sido abandonado y, en su lugar, los otros proyectos se dirigían desde otras salas más modernas, en otros edificios", dijo Kranz en conferencia de prensa.

"Ya no representaba lo que había sido en la época aeroespacial más importante de la historia. Ante esa frustración, iniciamos una estrategia para recolectar fondos y conseguir traer a la vida esta sala que representa mucho", acotó sobre un lugar que estará abierto al público a partir del próximo 1 de julio.

Confesó que cuando hace unos días vio la remodelación terminada quedó impresionado por la similitud y hasta pudo "reconocer" en el ambiente el olor a café recién hecho, en una sala en la que ha vuelto el centro de proyección, bautizado como la "cueva de los murciélagos", además de lápices y tazas con escudos de equipos deportivos de aquellos años.

En la icónica sala hay además una réplica del teléfono rojo, cuyo original se encuentra actualmente en la sede del Departamento de Defensa, así como las pantallas que proyectaban lo que recogían las cámaras de los módulos lunares, como la que captó la trayectoria de descenso y la caminata del astronauta Neil Armstrong en suelo lunar.

"Aquí no solo trabajan operarios y profesionales en varios campos de la ciencia. Aquí trabajábamos con en familia, en cada misión, en cada proyecto, los lazos de confraternidad se hacían más fuertes", recordó Kranz.

Por su parte, William Harris, presidente del Centro Espacial Houston, resaltó la cooperación brindada por gente de todo el mundo para este proyecto, el cual fue coordinado por el Centro Espacial Johnson y la organización sin fines de lucro Manned Space Flight Education Foundation.

"Podemos lograr mucho en nuestras vidas si seguimos los logros alcanzados en esta sala por las personas que formaron parte de la misión Apolo, ya sea para seguir aspirando a conseguir nuestros sueños", resaltó Harris.

Jim Bridenstine, el administrador de la NASA, manifestó que existe un compromiso por parte del Gobierno federal en preservar la historia y los lugares icónicos que han moldeado la vida de varias generaciones de estadounidenses.

"Cuando Arsmtrong se comunicó con Houston para avisar que el 'águila había aterrizado', lo hizo conocer a todo el mundo pero en realidad se dirigía a un puñado de personas que se encontraban atentos en esta sala", remarcó el máximo ejecutivo de la agencia espacial.

El Apolo 11, impulsado por un cohete Saturno V, fue lanzado al espacio desde el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida), el 16 de julio de 1969 y cuatro días después llegó a la superficie lunar.

El 21 de julio los astronautas Armstrong y Buzz Aldrin caminaron sobre la superficie del satélite terrestre, en el que permanecieron más de 21 horas antes de regresar a la Tierra, y donde leyeron una placa conmemorativa.

"Aquí, los hombres del planeta Tierra pisaron la Luna por primera vez en julio de 1969. Llegamos en paz para toda la humanidad", leyeron los astronautas y protagonistas de un hito de la civilización. 

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