Japón dice adiós a su postura monetaria restrictiva, sube tasa de interés
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La política monetaria implementada dentro la cuarta economía más grande del mundo ha tomado un giro completamente diferente luego de años fijando una postura restrictiva
El Banco central de Japón puso fin a casi dos décadas de tipos de interés negativos al pasar de -0.1 por ciento a 0.1 por ciento, de acuerdo con su última decisión de política monetaria.
Lo anterior ha sido impulsado por el círculo virtuoso entre salarios y precios en el país que ha tenido como resultado poder alcanzar la meta inflacionaria del dos por ciento de manera sostenida y estable hacia el futuro, señaló la institución monetaria.
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“La economía japonesa se ha recuperado moderadamente, aunque en parte se ha observado cierta debilidad. Una mirada a las condiciones de fondo de la evolución salarial y los beneficios empresariales señalan que han seguido mejorando, aunque las condiciones del mercado laboral se han complicado. En dicho contexto, es muy probable que los salarios sigan aumentando de manera constante este año, tras el aumento del año pasado”, advirtió el consejo de política del Banco de Japón.
La autoridad financiera nipona también consideró que, a futuro, el crecimiento japonés se verá impulsado por el dinamismo que tomará la demanda interna de la nación asiática luego del avance salarial, aunque prevé que el bajo crecimiento de otras naciones podrá figurar como un obstáculo que incluso podría impactar de manera negativa dentro de la considerada cuarta economía más grande del mundo.
¿QUÉ DICEN LOS EXPERTOS SOBRE EL MOVIMIENTO DE JAPÓN?
“En nuestra opinión, el movimiento del Banco de Japón incluso después de que datos recientes mostraran un crecimiento tambaleante y una inflación débil sugiere una fuerte determinación de normalizar su política incluso si la economía no está en plena forma”, señala Taro Kimura, economista.
Ueda, el primer exacadémico en tomar el mando del Banco de Japón, había ajustado previamente aspectos de las políticas ultralaxas que heredó cuando asumió como gobernador en abril, modificando los parámetros del YCC tanto en julio como en octubre. Pocos analistas predijeron que Ueda sería capaz de revertir en un año tantas políticas que se habían convertido en un dolor de cabeza para el banco central.
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El predecesor de Ueda, Haruhiko Kuroda, lanzó una bazuca de estímulo de shock y pavor en abril de 2013 con el objetivo de lograr una inflación del 2 por ciento en dos años. Como ese objetivo seguía fuera de su alcance, Kuroda adoptó la tasa negativa y luego el programa YCC en 2016. A partir de entonces, su atención se centró cada vez más en mejorar la sostenibilidad de estos entornos monetarios con ajustes de política.
La prolongada flexibilización monetaria llevó a una expansión del balance del BOJ hasta el punto en que ahora vale el 127 por ciento de la economía anual, cuatro veces mayor que la relación activos-economía de la Reserva Federal. Aun así, la inflación no se disparó realmente hasta que se produjeron los shocks de oferta provocados por el COVID-19 y la guerra de Rusia en Ucrania. El indicador clave de inflación de Japón se ha mantenido en o por encima del objetivo del 2 por ciento durante 22 meses, y se prevé que ese tramo continúe con los datos de precios nacionales que se publicarán el viernes.
Con información de medios