¡Justicia para Kuko! Vecinos de Edomex atan y matan a golpes a perrito guía; ayudaba a anciano con discapacidad visual

Un nuevo caso de crueldad animal se dio a conocer a través de redes sociales. Esta vez, un perrito llamado “Kuko” fue la víctima de un grupo de vecinos en el municipio de Nicolás Romero, Estado de México, donde fue atado y asesinado a golpes, el pasado martes 15 de agosto.

Las primeras declaraciones señalan que Kuko era un lomito guía, pues ayudaba a un abuelito con discapacidad visual y auditiva; reportan que el lomito ingresó al fraccionamiento Aguiluchos. Vecinos aseguran que el can mordió a una persona en la mano, por lo que los habitantes ataron al perro y lo golpearon hasta causarle la muerte.

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Sin embargo, personas aledañas al fraccionamiento refirieron que Kuko padecía epilepsia y, en momentos de no lucidez, era víctima de convulsiones que aparentaban ser violentas, sin embargo, quienes lo conocían indican que es totalmente inofensivo.

Aunque Kuko intentó zafarse del lazo con el que fue amarrado, no tuvo éxito alguno. No fue hasta que una patrulla municipal acudió al lugar y, con ayuda de sus elementos, rescataron al lomito. Asimismo, la asociación “Patitas a la obra” trasladó a Kuko, aun con vida, a un veterinario. Sin embargo, debido a los fuertes golpes, perdió la vida al día siguiente.

Cabe destacar que una de las versiones viralizadas en redes sociales, señala que Kuko fue violento con uno de los vecinos, por lo que fue amarrado para evitar un accidente. Enseguida, llamaron a la patrulla y el animal fue entregado con vida.

“Yo vi todo. Venía un perro de la calle, se metió, iba saliendo un vecino y el perro se le aventó primero a una persona y luego mordió al señor de los dedos. Pidió ayuda y le tuvo que ayudar el vigilante, su hermano y otro. Tuvieron que amarrarlo porque era violento”, dijo uno de ellos al medio Telediario.

Según fuentes médicas, un perro con epilepsia sueñe experimentar convulsiones recurrentes debido a la actividad eléctrica anormal en su cerebro. Éstas pueden ser desencadenadas por factores como estrés, luces brillantes, sonidos fuertes o cambios en el entorno.

Después de sufrir una convulsión, los canes entran en un período de confusión llamado “estado postictal”; durante este momento, pueden verse desorientados, letárgicos o incluso actuar de forma agresiva.

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