México es el principal usuario de Pegasus, desde Calderón hasta con AMLO: NYT

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/ 18 abril 2023

En septiembre de 2011, unos 30 empleados de NSO Group volaron a México para instalar Pegasus, “probarlo e instruir a un equipo de unos 30 soldados y oficiales mexicanos sobre cómo operar la tecnología”

En marzo de 2011, un grupo de ejecutivos israelíes de la empresa NSO Group viajó a Ciudad de México a reunirse con mandos militares para cerrar la compraventa de Pegasus, el malware espía más poderoso del mundo.

El precio y los tiempos de entrega, eran una pequeña discrepancia entre la empresa y el gobierno de México, por lo que se decidió que la plática continuara en un club de strippers acompañado de unos tequilas.

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Así fueron las negociaciones entre NSO Group y la administración del entonces presidente Felipe Calderón, a quien incluso se le demostró personalmente cómo operaba el sistema de espionaje, de acuerdo con un reportaje especial publicado este martes por The New York Times titulado “Cómo México se convirtió en el mayor usuario de la herramienta de espionaje más conocida del mundo”.

El 25 de mayo de 2011, Eran Reshef, un ejecutivo de la industria de defensa israelí que ayudó a negociar el acuerdo, señala el Times, señaló en un correo electrónico al presidente de NSO y sus fundadores que esa semana se haría una demostración ante el secretario de la Defensa Nacional y el presidente, Guillermo Galván Galván y Felipe Calderón, respectivamente.

El Times señala que una copia del correo electrónico apareció en una demanda israelí por las comisiones de la venta de Pegasus a México.

La reunión, de acuerdo con personas consultadas por el diario neoyorquino, tuvo lugar en una base militar a las afueras de la Ciudad de México.

“Temiendo filtraciones, el Ejército mexicano hizo esperar a los ejecutivos israelíes en una pequeña habitación donde se guardaban los artículos de limpieza para que nadie los viera antes de hacer su presentación. Un soldado armado estaba apostado fuera de la puerta”, narra el reportaje de los periodistas Natalie Kitroeff y Ronan Bergman.

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“Cuando llegaron el Sr. Calderón y el Sr. Galván Galván, se sentaron frente a grandes pantallas en la pared y vieron cómo hackeaban un teléfono, dijeron los asistentes. Udi Doenyas, el director de tecnología de NSO Group que inventó la arquitectura Pegasus y dirigió el equipo que escribió el código detrás de la primera versión del spyware, confirmó que había conectado el sistema Pegasus a una pantalla y entregó un teléfono BlackBerry a un mexicano de alto nivel. A funcionarios les pidió que lo usaran”, narra el diario.

Mientras lo hacían, continúa el relato, el teléfono espiado no mostró signos de estar comprometido, “pero el sistema Pegasus comenzó metódicamente a extraer cada dato, transmitiéndolo a la pantalla para que todos lo vieran”.

“Este era el superpoder del spyware: el ataque furtivo”, dice el Times.

El diario consultó a Miguel Ángel Sosa, vocero de Calderón, quien reconoció que el expresidente había realizado una visita a un recinto militar, donde le “hicieron varias presentaciones sobre las tareas” que se realizaban, lo que incluía “el levantamiento de información e inteligencia”, pero aseguró que a Calderón “nunca se le informó si finalmente se compró el software espía”.

Además, el vocero dijo que a Calderón nunca se le dijo, ni él preguntó, qué tipo de herramientas usaban contra la delincuencia.

“En ese momento, México necesitaba desesperadamente una forma de piratear de manera confiable los teléfonos BlackBerry, un dispositivo elegido por los temibles cárteles de la droga de la nación. Desde el comienzo de su mandato en 2006, Calderón impulsó la llamada estrategia capo para hacer frente al crimen organizado, centrándose en los principales líderes de los grupos”, recuerda el Times.

“No te daba tiempo para lanzar un operativo”, señaló Guillermo Valdés, exdirector del CISEN, el área de inteligencia de gobierno, para justificar el uso del malware.

Después de esa reunión, dice el diario, “los militares firmaron el contrato para comprar el software espía poco después de la manifestación”.

En septiembre de 2011, unos 30 empleados de NSO Group volaron a México para instalar Pegasus, “probarlo e instruir a un equipo de unos 30 soldados y oficiales mexicanos sobre cómo operar la tecnología”, de acuerdo con tres personas consultadas por The New York Times.

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“La unidad mexicana elegida para operarlo se llamó Centro de Inteligencia Militar, un brazo secreto del ejército del que poco se ha hecho público. Una vez que los mexicanos estuvieron listos para manejar Pegasus por su cuenta, se llevó a cabo una breve ceremonia en diciembre como una forma de ‘entregar las llaves’ dijeron dos de las personas”, recrea el diario.

Un documento de 2019, descubierto en un enorme hackeo de correos electrónicos militares mexicanos el año pasado, indica que el centro de inteligencia mexicano está ubicado en un complejo en forma de herradura. Tres personas familiarizadas con él dicen que los comandantes pueden mirar a través de las paredes internas de vidrio mientras la información se desarrolla en pantallas gigantes.

El diario estadounidense recuerda que el malware fue usado, por ejemplo, para arrestar a figuras como Joaquín “El Chapo” Guzmán, pero advierte que “ha sido usado ilegalmente, una y otra vez, para espiar a los defensores de los derechos humanos y de la democracia, periodistas y otros ciudadanos que desafían la corrupción y el abuso”.

Y aunque en la administración de Joe Biden en 2021 incluyó en la lista negra a NSO Group, la empresa israelí que fabrica el software espía, y poco después el Ministerio de Defensa de Israel, el cual debe autorizar aprobar la exportación de Pegasus a otros países, aseguró que prohibiría la venta a países con violaciones de DH.

“Sin embargo, a pesar de la amplia evidencia de los abusos de Pegasus en México, el gobierno israelí no ordenó el cese de su uso en México, según cuatro personas con conocimiento de los contratos de la tecnología. De hecho, el ejército de México no solo es el cliente más antiguo de Pegasus, dicen las cuatro personas, sino que también ha atacado más teléfonos celulares con el software espía que cualquier otra agencia gubernamental en el mundo”, señala el diario.

Y la herramienta de espionaje ha seguido usándose en México, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el cargo en 2018, prometió detener “el espionaje ilegal del pasado”.

“No lo hizo. Pruebas no reveladas anteriormente muestran que, tan recientemente como en la segunda mitad de 2022, Pegasus se infiltró en los teléfonos celulares de dos de los principales defensores de los derechos humanos del país, quienes brindan representación legal a las víctimas de una de las desapariciones masivas más notorias en la historia de México”, destaca el diario.

Como parte de esta investigación, el diario documentó que Santiago Aguirre y María Luisa Aguilar, del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, recibieron durante la actual administración nuevos intentos de infección de Pegasus.

Previamente, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, ya lo habían vivido.

Ellos son dos de los encargados de llevar el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, en 2014.

En diciembre de 2022, reconstruye el Times, tanto Aguirre como Aguilar, mientras estaban en sus oficinas en el Centro Pro, recibieron una alerta de Apple de que estaban siendo objeto de un intento de espionaje.

“Apple cree que está siendo atacado por atacantes patrocinados por el estado que intentan comprometer de forma remota el iPhone asociado con su ID de Apple. Es probable que estos atacantes te ataquen individualmente por quién eres o por lo que haces”, decía la alerta de Apple, empresa que desde 2021 comenzó a lanzar este tipo de alertas a sus usuarios para advertir que habían sido hackeados.

A los ojos de las fuerzas armadas, representamos un riesgo. No quieren perder el poder que han acumulado, dijo Aguilar al Times.

Con información de Aristegui

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