Miles de seguidores desafían a Putin para honrar a Navalny en su funeral en Moscú
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Multitudes de dolientes, muchos de ellos con flores, esperaban fuera del cementerio para despedirse de Navalny mientras coreaban su nombre
El día del hoy, el cuerpo del fallecido líder de la oposición rusa Alexei Navalny fue enterrado en Moscú al son del estribillo de “My Way” de Frank Sinatra, mientras miles de personas desafiaban al presidente Vladimir Putin presentando sus respetos finales a su crítico más feroz, muchos gritando “Putin es un asesino”.
Un video del cementerio de Barisovskoye mostró a la madre del disidente de 47 años, Lyudmila Navalnaya, vestida con un pañuelo negro, haciendo la señal de la cruz sobre el cuerpo de su hijo muerto y a su padre, Anatoly, besándolo en la frente.
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Luego, Navalny fue envuelto en un sudario blanco antes de cerrar la tapa del ataúd.
Luego se redujo al sonido de la icónica canción de independencia de SInatra de 1968, seguida de una selección de la banda sonora de “Terminator 2”, la película favorita de Navalny.
Multitudes de dolientes, muchos de ellos con flores, esperaban fuera del cementerio para despedirse de Navalny mientras coreaban su nombre.
El entierro se produjo tras un apresurado funeral en la Iglesia del Icono de la Madre de Dios Calma Mis Dolores, al que asistieron unos cientos de familiares y amigos de Navalny.
Fotos sombrías tomadas dentro de la iglesia mostraron el cuerpo del político descansando en un ataúd cubierto de rosas rojas y blancas, con velas encendidas a su alrededor y un sacerdote con túnica blanca de pie junto a él.
Se podía ver a sus padres, con el rostro marcado por el dolor, sentados junto a su hijo muerto, rodeados de otros familiares.
Los aliados de Navalny afirmaron que el sacerdote ortodoxo ruso presidente había sido presionado para que terminara lo más rápido posible para limitar el acceso del público, lo que obligó a una multitud de personas a arremolinarse afuera de la iglesia.
Entre los que salieron a presentar sus respetos se encontraban diplomáticos extranjeros, incluida la embajadora de Estados Unidos en Rusia, Lynne Tracy, quien estaba vestida de negro afuera de la iglesia con un ramo de rosas rojas en la mano.
La viuda de Navalny, Yulia, y sus dos hijos, una hija Daria y un hijo Zakhar, que viven fuera de Rusia, no asistieron al funeral.
Yulia, que ha prometido continuar la lucha de su marido, publicó en las redes sociales un desgarrador homenaje a Alexei, a quien cariñosamente llamó “Lyosha”.
“Lyosha, gracias por 26 años de absoluta felicidad. Sí, incluso durante los últimos tres años de felicidad. Por el cariño, por apoyarme siempre, por hacerme reír incluso desde la cárcel, por pensar siempre en mí”, escribió Yulia.
“No sé vivir sin ti, pero intentaré que tú, desde allá arriba, estés feliz por mí y orgulloso de mí. No sé si podré soportarlo o no, pero lo intentaré.
“Definitivamente, nos volveremos a encontrar algún día. Tengo tantas historias no contadas que contarte, tengo tantas canciones guardadas para ti en mi teléfono, tontas y divertidas, en general, para ser honesto, canciones terribles, pero son sobre nosotros, y quería dejarte escuchar a ellos. Y tenía tantas ganas de verte, escucharlos, reír y luego abrazarme. Te amo por siempre. Que descanse en paz.”
Mientras Navalny emprende su último viaje hacia el cementerio, miles de personas se alineaban en las calles a lo largo de la ruta coreando: “Putin es un asesino”, “No olvidaremos”, “Rusia será libre” y “No a la guerra”.
“Vine aquí para despedirme de Navalny. ¿Qué significa eso para mí? Ni siquiera sé cómo explicarlo”, dijo un hombre de 25 años que se identificó como Kirill. “Es muy triste para el futuro de Rusia... No nos rendiremos, creeremos en algo mejor”.
Una mujer que se identificó únicamente como Kamila dijo: “Aquí hay más de 10.000 personas y nadie tiene miedo... Vinimos aquí para honrar la memoria de un hombre que tampoco tuvo miedo, que no tuvo miedo de cualquier cosa.”
Cientos de miles más presenciaron el acto solemne, transmitido en vivo por YouTube por sus principales asesores, quienes lucharon por contener las lágrimas mientras criticaban a Putin y su aparato de seguridad.
El canal de YouTube de Navalny está bloqueado dentro de Rusia.
Se envió policía con equipo antidisturbios al área alrededor del servicio y se colocaron francotiradores en los tejados de la capital rusa como medida de precaución.
El funeral se produjo dos semanas después de que Navalny muriera repentinamente en circunstancias inexplicables en la remota colonia penal “Lobo Polar”, donde había estado encarcelado durante tres años desde que regresó a Rusia tras un fallido intento de envenenamiento con el agente nervioso Novichok.
La familia y los aliados de Navalny han acusado al Kremlin de asesinarlo, potencialmente para frustrar un intercambio de prisioneros planeado que habría liberado al disidente condenado.
El régimen de Putin ha negado airadamente cualquier participación en la muerte de Navalny y no ha comentado sobre el supuesto acuerdo para intercambiar a Navalny y a dos ciudadanos estadounidenses encarcelados por un ex agente del FSB encarcelado en Alemania por asesinato.
La causa de la muerte de Navalny aún no se ha revelado.
El certificado de defunción que le entregaron a su madre sólo decía que murió por “causas naturales”.
El viernes, los medios estatales sólo mencionaron de pasada el funeral de Navalny, y la agencia de noticias RIA señaló en su cobertura que había sido encarcelado por una serie de cargos, incluidos extremismo y fraude.
Navalny había negado todos esos cargos, diciendo que habían sido inventados por las autoridades para silenciarlo.
En el periodo previo al funeral, los aliados de Bacakny acusaron a las autoridades de intentar “chantajear” a su madre para que celebrara un funeral privado al negarse a entregar el cuerpo de su hijo durante ocho días con el pretexto de tener que realizar pruebas post mortem.
Navalnaya, de 69 años, hizo un video pidiendo a Putin que le entregara el cuerpo para poder enterrar a su hijo con dignidad.
Incluso el mismo viernes, la morgue donde se guardaba el cuerpo retrasó su liberación, según Ivan Zhdanov, director de la Fundación Anticorrupción de Navalny.
Una vez que se publicó, al menos un director de funeraria dijo que le habían “prohibido” trabajar con los partidarios de Navalny, declaró su portavoz Kira Yarmysh en X.
Se dice que varias iglesias en Moscú se negaron a albergar el funeral de Navalny, antes de que la Iglesia del Icono de la Madre de Dios Calma Mis Dolores en el distrito de Maryino, donde una vez vivió Navalny, aceptara encargarse del servicio.
El Kremlin advirtió que cualquier reunión no autorizada en apoyo de Navalny sería ilegal.
“Sólo un recordatorio de que tenemos una ley que debemos cumplir. Cualquier reunión no autorizada constituirá una violación de la ley, y quienes participen en ellas serán considerados responsables, nuevamente, de acuerdo con la ley actual”, dijo el portavoz de Putin, Dmitry Peskov.
Navalny, un ex abogado, había sido una espina clavada en el costado de Putin durante más de una década, organizando protestas masivas y publicando investigaciones explosivas sobre la presunta corrupción del presidente y miembros de su círculo íntimo.
Putin no ha comentado sobre la muerte de Navalny y durante años ha evitado incluso mencionar a su némesis por su nombre, llamándolo “ese personaje” o “este caballero”.
