Quienes nacen pobres en México siempre vivirán así: estudio

Nacional
/ 8 mayo 2018

“La situación de la movilidad social en Mexico se resume de la siguiente manera: quienes nacen pobres se quedan pobres y quienes nacen ricos se quedan ricos”, planteó el Centro de Estudios Espinosa Yglesias

Ciudad de México. México vive una situación en la que, socialmente, los dados están muy cargados desde el nacimiento. Un nuevo reporte mostró que siete de cada 10 mexicanos que nacen en familias ubicadas en la parte más baja de la distribución del ingreso no logrará salir a lo largo de su vida de la pobreza. El informe destaca que con el ritmo de crecimiento de la economía de las últimas dos décadas, el ingreso promedio de la población tardará 70 años o más en duplicarse.

“La situación de la movilidad social en Mexico se resume de la siguiente manera: quienes nacen pobres se quedan pobres y quienes nacen ricos se quedan ricos”, planteó el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) en el repelente “El México de 2018. Movilidad social para el bienestar”, presentado este martes.

Así como siete de cada10 personas que nacen pobres morirán pobres, el estudio muestra que entre los miembros de familias que están en la parte superior del ingreso la historia es la opuesta.

Nueve de cada 10 mexicanos que nacen en familias que se ubican en la parte más alta del ingreso nunca caerán por debajo del nivel intermedio y, de entre ellos, ocho nunca se ubicarán en un rango menor del ingreso al que tenían sus familias cuando nacieron.

“La posición social se transmite de padres a hijos con una frecuencia importante entre quienes se encuentran tanto en la base como en la parte más alta de la pirámide socioeconómica”, menciona. “Esta dinámica de baja movilidad social destaca a nivel internacional”.

Cita, como ejemplo, que en Estados Unidos cuatro de cada 10 que nace en la parte más baja del ingreso se quedan ahí, mientras en países como Dinamarca, Suecia, Finlandia y Noruega, que se caracterizan por la construcción de estados de bienestar con sistemas universales, la relación es de tres de cada 10.

“México es una sociedad donde las condiciones de origen determinan las opciones de logro de las personas”, dijo Roberto Vélez, director ejecutivo del CEEY, en la presentación del estudio.

Al no lograr que sea un hecho la movilidad social —que las personas tengan más ingreso y oportunidades de educación, salud, empleo y pensión que sus padres—México se está convirtiendo en una sociedad de mexicanos de primera, segunda, tercera y cuarta clase, desgraciadamente, dijo Vélez.

Esos mexicanos con diferentes grados de bienestar y acceso a oportunidades se están cruzando todo el tiempo, apuntó. “La gente atrapada en la movilidad sabe a qué no puede acceder y eso crea problemas, le pega al tejido social y se manifiesta en problemas de cohesión social”, añadió.

En un mensaje de video desde París, Francia, Gabriela Ramos, directora de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), expuso que los niveles de desigualdad en Mexico se cuentan entre los más altos entre los países que pertenecen a ese grupo.

Actualmente, 53 millones de personas, que representan 43 por ciento de la población, viven en pobreza, una cifra calificada por Ramos como “muy elevada”.

En Mexico, añadió, la pobreza combinada con la informalidad en las actividades económicas inhiben las oportunidades de escalar en la pirámide social.

“Los dados están muy cargados desde el nacimiento”, apuntó.

Para atender los problemas de movilidad social, el estudio del CEEY hace cinco recomendaciones básicas:

La propuesta del CEEY se puede resumir en cinco puntos principales.

Primero, una reforma fiscal que lleve a la eliminación de la informalidad en la actividad productiva y a una mayor recaudación de impuestos.

Segundo, que el sistema de protección social se unifique y universalice. Ello incluye reformas en los sistemas de salud, de pensiones y de seguridad social.

Tercero, que la cobertura, calidad y pertinencia del sistema educativo deben centrarse en mejorar e igualar oportunidades de aprendizaje, en especial en la educación media superior.

Como cuarta recomendación menciona que las políticas públicas promuevan un mercado laboral flexible, pero a la vez seguro. Además, hay que eliminar la discriminación hacia grupos vulnerables.

El sistema financiero debe tener mayor penetración y ser más competitivo. Esto promoverá que más personas tengan acceso a la protección financiera a través del ahorro, del crédito y de los seguros, establece como quinta recomendación.

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