SAT va contra las empresas fantasma

La Iniciativa Sinaloa presentó ayer el estudio “Empresas Fantasma, una mirada desde la sociedad civil y periodismo”, en el que se urgió la necesidad de socializar al máximo dicha forma de corrupción, a fin de que no se vea como algo normal.

Miriam Ramírez, periodista de ese organismo, señaló que una EFO (Empresa que factura operaciones simuladas) es coloquialmente definida como aquel contribuyente que emite facturas sin contar con los activos, personal, infraestructura o capacidad real para prestar los servicios, producir o comercializar los bienes.

Ramírez dijo que en 2018, los entes públicos pagaron 13 mil 272 millones de pesos en servicios de construcción y mantenimiento contratadas con empresas de operaciones simuladas o “fantasmas”.

“En algunos casos, la factura puede sustentar una transacción que en realidad no fue pagada por un servicio que tampoco existió, pero en otros casos la transacción es real, sí hay un flujo de dinero, pero el servicio nunca se realizó”, dijo.

Señaló que la facturación fraudulenta a través de empresas fantasmas es utilizada a través de un contribuyente que busca pagar menos impuestos o hasta por grupos de la delincuencia organizada que simulan operaciones para ocultar el origen de recursos de procedencia ilícita y que brindan estos servicios muy especializados a otros contribuyentes que están buscando evadir impuestos.

Otra característica es que tienen un domicilio fiscal inexistente o deshabitado sin dar aviso al SAT, sus supuestos accionistas desconocen por qué han sido de alta sin darse cuenta.

Dijo que las empresas fantasmas se dedican a diversos como construcción y mantenimiento, asesorías o consultorías, medicamentos y productos farmacéuticos, servicios financieros y de seguros, servicio de gestión y administrativos y servicios basados en ingeniería.