‘Su Dios también es el mío’; vestida de obispo, diputada trans presenta iniciativa contra discursos de odio
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El polémico atuendo de la diputada Salma Luévano generó debate en redes sociales.
Con la intención de impulsar la reforma a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, donde establecen prohibir los discursos de odio en contra de las personas LGBTTTQIA+, la diputada Salma Luévano subió al pleno de la Cámara baja con un atuendo de obispo.
La funcionaria de Morena aseveró que, históricamente, la comunidad gay ha sido víctima de los líderes religiosos, por ello, insistió que se debe poner un alto a los discursos de odio.
“Hoy vengo en una lucha para poner un alto a los discursos de odio. México es un país laico, pero es una realidad que una gran cantidad de líderes religiosos se han opuesto a nuestros derechos fundamentales, categorizando a la población LGBTTIQ+, como un lastre social, como causa de los males, como pecadores, como resultado de lo malo, incluso se ha incitado al linchamiento en contra nuestra”, declaró.
“Con este atuendo pretendo hacerme notar en nombre de la población, y decirles a los líderes religiosos que, casualmente, la mayoría son hombres cisgéneros blancos de clase alta, que basta de discursos en contra de nuestros derechos”, dijo la diputada Luévano.
“Porque su Dios también es mi Dios, porque mi fe también vale, porque mi lucha es para hacerles frente en esta voz otorgada para representar a quienes no se les escucha. Todo el peso de la ley a todos esos líderes que inciten el odio contra nosotres”, sentenció en el pleno.
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En la propuesta se reitera que las asociaciones religiosas deberán abstenerse de sentenciar discursos de odio, “entendiéndose por estos los que se caracterizan por expresar una concepción mediante la cual se tiene el deliberado ánimo de menospreciar y discriminar a personas o grupos por razón de cualquier condición o circunstancia personal, étnica, social, orientación sexual, identidad y/o expresión de género”.
De igual manera, emitir discursos de odio durante un acto religioso o en medios de comunicación se catalogará como una infracción a la ley, pues son pronunciados con “deliberado ánimo de menospreciar y discriminar” a las minorías anteriormente señaladas.
Por otro lado, en redes sociales, especialmente en Twitter, la crítica de Luévano generó debate, así como el uso de una vestimenta religiosa.
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El Frente Nacional por la Familia lo declaró como “un acto que agravia a los creyentes de una religión, pero insulta a toda la cristiandad”, enseguida, usaron pronombres masculinos para referirse a la diputada morenista.
“No es posible callar frente a la ignominia. Levantemos la voz en contra de este atentado que suprime las libertades y establezcamos que la predicación del evangelio no puede supeditarse y mucho menos doblegarse ante los ataques o a las amenazas”, dijeron.
Algunos usuarios culparon a Luévano de “promover el odio”, además, la declararon como un “peligro a las libertades” de la iglesia católica.
Por su parte, Luévano aseguró que “la iniciativa habla de señalar los discursos de odio de quien sea y se castigue por igual”.
“Hay que leer la iniciativa y no juzgar por juzgar, cómo es posible que les importe más atuendo a todos los discursos de odio hacia nuestra población por tantos ministros religiosos, los discursos de odio son la antesala de los crímenes de odio y nos están matando”, reviró en Twitter.
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