Tiene AMLO en la mira a Salinas; busca acusarlo de tortura en el caso Colosio: Riva Palacio
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Además del expresidente, López Obrador tiene otros dos objetivos como estrategia para interferir en la campaña presidencial: José Córdoba, cercano a Carlos Salinas, y el Cisen
CDMX.- Como parte de su estrategia para interferir en las elecciones presidenciales del próximo año, el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene tres objetivos en la mira: Carlos Salinas de Gortari, José Córdoba (exfuncionario salinista) y el Cisen (hoy Centro Nacional de Inteligencia), afirma Raymundo Riva Palacio.
De acuerdo con información que revela hoy el periodista en su columna, López Obrador busca acusar al expresidente de tortura contra Mario Aburto, el asesino confeso del Luis Donaldo Colosio, así como de violaciones al debido proceso en el caso, el cual fue reabierto en febrero de este año.
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La reapertura del asesinato del candidato presidencial del PRI no tiene como fin la verdad, aclara el periodista, sino que pretende reescribir la narrativa y usarla como herramienta política para afectar a la oposición bajo la lógica de AMLO de responsabilizar al “viejo régimen”.
Según revela Riva Palacio, en un principio López Obrador tiene planeado utilizar a Genaro García Luna como herramienta para interferir en las elecciones del 2024, una vez que se le dictara sentencia este octubre en la corte federal de Brooklyn por sus presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa.
Ese iba a ser el “detonante para iniciar una campaña de desprestigio contra el PAN en vísperas de iniciar la contienda presidencial de 2024”, pero su plan se frustró porque la defensa del exsecretario de seguridad presentó nuevas pruebas y la sentencia fue aplazada hasta marzo del 2024.
“García Luna quedó inservible para esos fines, pero en el Gobierno encontraron nuevos blancos para servir a los mismos objetivos electorales. El tema ya no sería el narcotráfico, sino el asesinato de Luis Donaldo Colosio”, expone el analista político.
¿CUÁL ES LA CLAVE DEL PLAN?
La clave para acusar a Salinas, José Córdoba, su exjefe de Oficina de la Presidencia, y el Cisen que dirigía Jorge Tello Peón es el delito de tortura, el cual no prescribe por la gravedad de violación de los derechos humanos, explica el periodista.
El Gobierno de López Obrador comenzó a reconstruir el caso del asesinato de Colosio cuando en febrero de 2021 Rubén Aburto, hermano de Mario Aburto, presentó una queja en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
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En ese momento el caso no era prioridad para AMLO, revela Riva Palacio, pese a que fue uno de los temas que el fiscal Alejandro Gertz Manero le presentó al inicio de su gobierno “para ajustar cuentas políticas con el pasado”
“El Caso Colosio tomó tracción en diciembre (de 2021), cuando el Presidente dio luz verde a Gertz Manero para que comenzara a prepararlo, para lo cual dispuso de medio centenar de su personal a trabajar”, detalla el analista.
¿CÓMO INVOLUCRARÁ AMLO A SUS OBJETIVOS CON EL CASO?
De acuerdo con Riva Palacio, “al expresidente Salinas lo quieren involucrar por el supuesto de haber instruido al gobernador de Sonora que viajara la misma noche del 23 de marzo de 1994 a Tijuana, para tener en Beltrones una fuente confiable de los pormenores del asesinato de Colosio, que era íntimo del entonces gobernador.
“La tortura y la violación al debido proceso la quieren amarrar con el supuesto interrogatorio fuera de la delegación de la PGR, aunque Aburto nunca estuvo los minutos suficientes fuera de la vista de los agentes, para abrir el espacio para que saliera de la instalación y desapareciera por dos horas, como se ha publicado en la prensa”.
En el caso de Córdoba, añade el periodista “aparentemente, lo quieren hacer presunto accesorio del crimen por el cargo que ostentaba y porque el candidato sustituto de Colosio, Ernesto Zedillo, era su amigo”.
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Por otra parte, el gobierno de López Obrador tiene en la mira al Cisen porque a uno de sus agentes, Jorge Antonio Sánchez Ortega, fue detenido con la camisa manchada de sangre a 15 metros de donde estaba Colosio durante el mitin de Lomas Taurinas, donde fue asesinado en marzo de 1994.
El periodista señala que Sánchez Ortega estaba en el lugar porque estaba “reportando el mitin −una práctica que realizaban antes, entonces y ahora”.
Sin embargo, añade, el agente tenía manchada de sangre la ropa porque “ayudó a cambiar el cuerpo de Colosio de su camioneta a otra que lo trasladó al hospital”.
Aunque ninguno de esos “hallazgos” tiene sustento, el periodista asegura que “los jueces de consigna darán entrada a las imputaciones y López Obrador tendrá el ruido que quiere para uso político-electoral”.