Tiroteo en Nashville: políticos buscan culpables, pero no son las armas de fuego

En un principio, Audrey o “Aiden” Hale, responsable del tiroteo en una escuela privada cristiana de Nasvhille, Estados Unidos, fue identificada como una joven adolescente. Posteriormente, una mujer adulta de 28 años; luego, trascendió que respondía a pronombres masculinos (he/him o él), pues se identificaba como un hombre transgénero.

Con ello, Hale se coloca en una categoría de excepciones, según diversos medios locales, pues son pocas las personas que realizan este tipo de actos y responden a inconformidad con su género asignado al nacer, aunado a la persona que, el año pasado, asesinó a cinco en un club gay de colorado, y se identificaba como no binario.

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Enseguida, funcionarios y medios de comunicación estaban confundidos sobre cómo referirse a Hale.

“CINCO” EN UN MILLÓN

Aunque los datos del The Violence Proyect (TVP), muestran que los hombres cisgénero han llevado el 97 por ciento de todos los tiroteos masivos públicos, la identidad de Hale se convirtió en un punto de importancia, un cebo que permitió al ala republicana de Estados Unidos a condenar a toda una comunidad, recordando que fueron un hombre, dos mujeres y tres niños de 9 años quienes perdieron la vida a manos de Hale.

El disgusto fue tanto, que “Terrorismo Trans” se volvió tendencia en Twitter, donde miles de usuarios hacían un recuento sobre todos los tiradores transgénero, contabilizando cinco de ellos, dejando de lado que, desde 1966, se han registrado 190 incidentes y 185 de ellos fueron llevados a cabo por personas cuyo género asignado al nacer responde al de varón.

Y las cinco personas transgénero, iban acompañadas de otros hombres. Por ello, expertos señalan que la extrema derecha podría aprovechar estos cinco casos para tirar del anzuelo, una situación que encaja a Nashville como anillo al dedo, pues el liderazgo republicano de la entidad se ha encargado de propagar políticas anti-transgénero.

Tanto, que fue Tennessee el primer estado en imponer condiciones a los espectáculos drag, generando diversas críticas, pues la ley prohíbe las actuaciones en lugares públicos, donde menores de edad puedan verlas; específicamente, va dirigida a “bailarinas en topless, bailarinas gogó, bailarinas exóticas, strippers, imitadores masculinos o femeninos, o artistas similares”.

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Denise Sadler, una artista transgénero de Nashville, reviró que ya había contratado seguridad para su más reciente espectáculo, sin embargo, ahora tendría qué multiplicar a los elementos que le brindarían protección.

“No sabes si [la identidad de género del tirador] va a provocar que una comunidad de personas que ya nos odiaban vengan y traten de dispararnos para probar un punto”, lamento. “Al final del día, hay mucho dolor, mucha ira, mucha confusión”.

Mientras, Aislinn Bailey, presidenta interina de Tri-Cities Transgender, un grupo de defensa de las personas trans con sede en Johnson City, Tennessee, expuso que conocer la identidad de género de Hale la consternó.

“Sabía que tan pronto como alguien lo mencionara, inmediatamente se convertiría en el foco central, en lugar de lo que debería ser el foco: la violencia armada en este país”, apuntó Bailey, además de condenar que la policía constantemente reafirmó que Hale es una persona transgénero.

“Creo que no fue ético, y muy sospechoso que información como esa, que tenían que haber sabido, podría causar una reacción violenta en la comunidad trans: publicar información como esa sin verificarla, es inconcebible. Ya temíamos por nuestras vidas. Ahora, es aún peor”, indicó.

BUSCANDO CULPABLES

Pese al trasfondo detrás de los motivos de Hale, que, según diversos medios locales, recae en que él mismo fue exalumno de dicha escuela cristiana, donde sufrió aparentes abusos y críticas por su identidad de género, la comunidad LBGTTTQIA+ se mostró en rechazo de “desquitarse” con las seis personas asesinadas en el recinto educativo, donde tres de ellos eran infantes.

Y, aunque los republicanos encuentran cinco casos diferenciadores, las cifras confirman que los perpetradores de tiroteos son en su mayoría hombres cisgénero. Por otro lado, no hay datos suficientes que corroboren una respuesta definitiva que sentencie a todos los hombres del mundo, y no la habrá.

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En su lugar, expertos califican que probablemente se debe a “una serie de factores biológicos, sociales, económicos y culturales, incluidas las expectativas sociales y los roles de género”, según Jillian Peterson, de TVP, es decir, una responsabilidad que se ha otorgado de generación en generación.

“¿Los hombres son predominantemente biológicamente impulsados hacia la agresión debido a la testosterona? O, ¿nuestra cultura y sociedad los nutre para que sean más violentos?”, se cuestiona también el Dr. Jason Silva, indagando que no hay forma de saber cuál es la respuesta.

En el meollo de buscar una respuesta sobre la identidad de género de los tiradores, algunas personas se siguen haciendo la misma pregunta: ¿Qué va a hacer el gobierno de Estados Unidos sobre la violencia armada?

Con datos de WIO News, Sky News y The Guardian.