Tras 70 años, ven la luz en pueblos rurales de México
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TAMAZUNCHALE, SLP.- En más de 70 años, la comunidad de Achiquico, en San Luis Potosí, en el centro de México, nunca había visto la luz en sus hogares, cuenta su poblador más longevo, don Agustín Cruz.
Ahora, con paneles solares y el programa “Luces de Esperanza”, los integrantes de la familia Cruz, con al menos tres generaciones, pueden pensar en la seguridad de caminar en la noche, la oportunidad de comprar un refrigerador e incluso una televisión para su casa.
Achiquico es una localidad del municipio de Tamazunchale, en la Huasteca Potosina, región natural del centro del país, que tenía parte de las más de 500 mil viviendas mexicanas que se iluminan con velas hasta febrero pasado, cuando Iberdrola México y su aliada Iluméxico, llegaron a instalar sistemas fotovoltaicos autónomos, que les brindan energía eléctrica las 24 horas del día.
Don Cruz, quien se dedica al campo a sus 82 años de edad, relata a Efe que llegó a esta comunidad antes de los 10 años, pero siempre soñó con el día en el que pudiera ver la luz al interior de su hogar y dejar de ser parte de los más de 2 millones de mexicanos que viven sin electrificación en sus hogares.
LA LUCHA POR LA LUZ
Su hija, Francisca Cruz, de 52 años, y representante de la comunidad de Achiquico, tomó la batuta y decidió dejar de lado las velas y el temor a salir por encontrarse con animales como serpientes o coyotes.
Ella acudió al programa de Iberdrola México “Luces de Esperanza” después de intentar por años llevar la electricidad de forma convencional hasta su localidad, que comparte con su risueño hermano Antonio y su familia de cinco integrantes.
Primero, cotizó el precio de llevar la luz a través de redes de transmisión clásicas y el dinero no fue suficiente.
Por ello, instalar paneles solares le “cambió la vida radicalmente”.
“Para mí fue un cambio muy bonito porque ya no tuvimos que andar pagando que nos cargaran los celulares, ya no tuvimos que andar comprando gasolina para poder prender una planta para la luz”, dice a Efe.
La mujer, quien se dedica a tejer, detalla que antes compraban gasolina en la comunidad de seis familias para arrancar una pequeña, vieja y ruidosa planta de luz, y cuando no tenían dinero realizaban sus actividades bajo una vela, incluidas las tareas de los más pequeños.
Francisca Cruz no descansó, dio seguimiento a su petición hasta que lo consiguió y ahora ha encendido por completo toda la comunidad, que es de difícil acceso e incluso se queda incomunicada si llueve porque se inunda su única entrada.
EL PROYECTO
Este proyecto que lleva energía eléctrica a comunidades rurales sin acceso al servicio inició en 2019 y busca potenciar las actividades productivas, así como la calidad de vida de los habitantes.