Acuífero Saltillo Sur: ¿cómo define la CONAGUA su nivel de explotación?
Con la información que la CONAGUA pone a disposición nuestra resulta imposible comprender la forma en la cual se calcula el volumen de agua en los acuíferos de los cuales nos surtimos
La pregunta que da título a este texto no es gratuita, sino una que debiera ocuparnos a todos. Porque luego de revisar los documentos a partir de los cuales la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) define la disponibilidad o el déficit del Acuífero Saltillo Sur, lo único que puede decirse es que resulta imposible entender.
No estamos ante un asunto trivial. Se trata de la forma en la cual se administra el elemento vital para el desarrollo de todas las forma de vida y, en consecuencia, para el desarrollo de nuestras comunidades. No se trata solamente de comprender cómo se llevan las cuentas del agua subterránea de la cual dependemos en esta región, sino de poder evaluar si se está administrando de forma correcta.
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El problema es que, de acuerdo con las evidencias que la CONAGUA tiene a disposición del público, no parece existir un modelo claro para saber si el Acuífero Saltillo Sur, del cual se surte la mancha urbana de Saltillo, acusa un grave déficit o no.
Y es que, de acuerdo con la más reciente actualización de dicho acuífero, publicada en el Diario Oficial de la Federación el pasado 9 de noviembre, el déficit establecido hace tres años y que, en teoría, fue calculado a partir de fuentes ciertas, se redujo a la mitad pero no existe forma de entender cómo ocurrió tal reducción.
Previamente, el déficit del Acuífero dio otro salto importante. En 2018, las cifras de la CONAGUA lo llevaron de cuatro millones y medio de metros cúbicos a casi 56 millones. Peor aún: ese incremento solamente se explica a partir de una sola variable: la contabilidad del agua que supuestamente se extrae de pozos perforados antes del año 2013 pero que se registraron ante la dependencia después de esa fecha.
Algunas voces aseguran que se trata solamente de un “déficit de papel” pues en realidad no existen los pozos cuya extracción se suma para determinar el déficit. ¿Es esto cierto o no?
Los ciudadanos no podemos saberlo porque la información disponible de manera pública es insuficiente para reconstruir los cálculos que la CONAGUA publica periódicamente en sus acuerdos de actualización de la disposición de agua en los acuíferos del país.
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Hasta donde sabemos, la única forma que el déficit se redujera en la forma que lo hizo sería que la CONAGUA hubiera cancelado registros de pozos por casi 26 millones de metros cúbicos, alrededor del 45 por ciento de toda el agua que consume la mancha urbana de Saltillo en un año.
Pero nada se dice al respecto en el documento técnico a partir del cual se realizó la actualización de las cifras del Acuífero Saltillo Sur. Y en la dependencia responsable de dichos cálculos no parece haber nadie interesado en aclarar las dudas.
Más allá de la aritmética es preciso insistir en el punto central de este asunto: la sociedad requiere certezas en torno a la forma en la cual se administra el agua de la cual dependemos. Hoy no las tenemos.