Adiós Partido de la Revolución Democrática (PRD). Hasta no ver nunca más a los ‘Chuchos’

Opinión
/ 9 junio 2024

Jesús Ortega y Jesús Zambrano son la esencia misma de los “Chuchos”, la tribu que por fin le dio en la madre al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y que bueno que por fin vamos a dejar de cebar a esta bola de paleros, zánganos y parásitos como son las tribus perredistas y como son los del Partido del Trabajo (PT) y los del Verde Ecologista de México (PVEM), verdaderas némesis de la vida política nacional. De veras que es una calamidad que este país sufra esa plaga de diversidad política de farsantes del trabajo (PT), de la ecología (PVEM), de la democracia (PRD) y de los ciudadanos (MC). Y ya no decimos de los demás partidos en la “democracia” más onerosa del mundo, la más burocratizada porque el colmo del acabose es que el PRD tenga su Sindicato Único de Trabajadores del PRD, aberración que nunca tuvo el Partido Comunista de la Unión Soviética ni tiene el poderoso Partido Comunista de China, el único partido del gigante asiático.

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Este columnista conoce al monstruo del PRD porque vivió en sus entrañas. Aún conserva como anécdota la credencial del PRD que firmó en 1977 el entonces presidente del Sol Azteca, el carismático Andrés Manuel López Obrador y el secretario general, el sepulturero Jesús Ortega Martínez.

Por aquellos años muy poca gente del conservadurismo saltillero militaba en la izquierda, como Mary Telma Guajardo y Juan Pablo Rodríguez, cuando la agrarista Región Lagunera era un bastión inexpugnable del Cardenismo y por consecuencia del PRD. Y es cierto, el PRD fue una referencia democrática nacional en los estertores del siglo pasado y ahora es un sol apagado, una sombra, esas ruinas que hoy se ven. Es urgente que el PRI en Coahuila se deslinde del PRD, de la “primera comadre” que es un lastre, un peso muerto, una rémora parásita.

Este columnista fue parte del comité ejecutivo nacional del PRD en el interinato de Pablo Gómez en 1999, cuando se anuló la elección donde los Chuchos implementaron el fraude electoral de las “urnas voladoras”. En ese interinato la secretaria general fue la maestra Ifigenia Martínez y con ella colaboramos. Luego fue electa Amalia García y Jesús Zambrano fue el secretario general. Desde ese entonces el asedio de los Chuchos por dominar al PRD era evidente. Al interior del partido siempre se dijo que cuando los Chuchos se apropiaran del PRD el partido iba a desaparecer. Hoy la evidencia está ahí para mirarla, el PRD es ya un cadáver político.

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El PRD perdió la elección a la Presidencia, para diputados y para senadores en los 300 distritos electorales. Fue un rechazo total a los Chuchos. Porque los mentados Chuchos son la herencia de “RAT”, de Rafael Aguilar Talamantes, aquel mercenario de Gobernación que siempre fue esquirol y palero del sistema. Recordamos cómo es que los Chuchos engolaban la voz para citar frecuentemente el Pacto de la Moncloa, como si Chucho Zambrano fuera Santiago Carrillo y Mary Telma fuera Dolores Ibarruri, la Pasionaria. Y cierto es que los Chuchos son esa izquierda arrepentida que se sentó al lado de los banqueros y que le dio las “nachas” a Peña Nieto con el Pacto por México. En Coahuila debe nacer un nuevo y fuerte partido opositor con los mejores cuadros del PAN y el PRI, pero sin las lacras del PRD, que ya es agua de borrajas.

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