Agenda política (19)
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Asistimos en este tiempo funesto a la involución del ser humano. Lo atestiguamos: el viaje es sin retorno. Soy pesimista. Estamos en un hoyo infernal y bajo la soberanía ahora sí, de ese poder al cual los humanos despistados, manipulables e ignorantes denominan “Santa Muerte”. Asistimos y atestiguamos nuestra propia destrucción como seres humanos, en teoría, pensantes. Somos espectadores hoy. Pero mañana tal veza seamos los actores. Para mal. La pasión de San Sebastián es nuestra pasión y condena. Dicha pasión es un tormento cíclico e histórico. Es una serpiente la cual se muerde la cola.
Asaeteado, San Sebastián, muere. Pero así, de forma mortal y harto dolorosa, así muere (flechado, cazado como puerco, como animal salvaje, como jabalí, todo herido y masacrado por filosas puntas) el infante y entrañable Simon, de “El Señor de las Moscas” de William Golding. Y así, también y hoy, así mueren decenas, cientos de mexicanos, cazados, asaetados, muertos a cuchillo por hordas de sicarios famélicos y atizados.
¿Ya lo vio y notó? La historia, la maldita historia de la maldad se repite seca y sordamente. No pocas ocasiones, le copia a la literatura y a la ficción toda. No hay pizca de santidad en repetir el martirio de San Sebastián: hay dolor, sólo dolor. Y demasiado dolor cuando lo anterior se les infringe a mujeres, niños, adolescentes.
¿Hay razón, hay, digamos, ideas “intelectuales” para motivar tanto dolor y tanto mal? Sí y no. No hay contradicción de por medio. Hay un “raciocinio” (mercantilismo puro) glacial en esto (mata a los enemigos de nuestro cártel, deja mensajes y amenazas, pega cartulinas en las cabezas y cuerpos descuartizados de los enemigos, tira los cuerpos mutilados en la carretera...). Pero también hay algo peor: la depravación por la depravación. La orgía por la orgía misma. Ya no hay motivos: es la sangre por la sangre misma.
Punto uno: La política como se practica en este lado del mundo (y en buena parte del mundo, vaya), tiene que ver con la víscera, no con la razón y menos con la ley en la mano. Han corrido ríos de tinta para explicar dos casos paradigmáticos de la política nacional: la encarcelación y luego excarcelación de Rosario Robles (ex titular de Sedatu y Sedesaol) luego de estar en prisión tres años. Luego (ese mismo día), la detención de Jesús Murillo Karam, ex procurador General de la República (viernes 19 de agosto).
Punto dos: Ambos formaron parte del gabinete de Enrique Peña Nieto en su momento. Vaya, eran del circulo rojo. Y no deja de ser curioso, por decir algo eufemístico, lo anterior: es decir, este tipo de personajes de la alta política como Emilio Lozoya, Jesús Murillo, Alejandro Gutiérrez (coahuilense) y Rosario Robles, encimados por lustros si no es que por decenas de años en lo más alto de la pirámide política, mueven a compasión por ingenuos. Por lustros tuvieron el poder y lo controlaban en teoría todo; ahora, nadie les avisa (un “pitazo”, se dice en el argot) siquiera horas antes de su... detención.
Esquina-bajan
Punto tres: los chilangos son una estirpe rara, son entre cándidos, pendejos y confiados. ¿Nunca cohesionaron de verdad un buen equipo, nunca dejaron red tejida de amigos en las dependencias, nunca trataron bien a sus subalternos para desarrollar una cadena de gratitud y amistad que les advierta de lo anterior? O simplemente, ni en su momento tuvieron todos los hilos del poder en su mano. Mundo sencillo y real.
Punto tres: Al platicar de lo anterior con el melómano y analista de los medios y redes digitales, Raymundo Mendoza, este me regresa vía mensaje el siguiente texto: “Cuando te halles en un terreno cerrado, prepara alguna estrategia y muévete. Cuando te halles en un terreno mortal, lucha”. ¡Caray! Las sabias enseñanzas ya de hace centenas de años de Sun Tzu en su mítico y perturbador “El arte de la guerra”, siguen siendo aplicadas al pie de la letra hoy. O no aplicadas por el PRI, caray.
Punto cuatro: El PRI no lucha, se achica. No enfrenta y ya es animal herido de muerte. No combate ni lucha y esta en vías de extinción. Y caramba, trasladándolo al entorno regional es lo siguiente: es como ver la película tragicómica de lo que fue el equipo de Rubén Moreira, los cuales han tenido un triste y solitario destino: murió Víctor Zamora y nada más su ex jefe, Rubén, le lloró. Murió Julián Montoya de la Fuente. Ismael “Lito” Ramos, enfermo y perseguido por la justicia federal espera sentado la guadaña. A Armando Luna Canales le dio recientemente un soponcio, balido o “tamafax”, como dicen los jóvenes. No le dejó hueso sano. Se ha retirado casi completamente de la farándula local. En fin, su historia y hechos los persiguen.
Punto cinco: Alfonso Cárdenas Gámez (27 años) fue asesinado a golpes en Monterrey (9 de agosto). En Uruapan, calcinaron a dos humanos dentro de su vehículo (8 de agosto). Ese mismo día en otro episodio, hombres armados mataron a dos humanos e hirieron a varios más (colonia Jardines del Pedregal). En Salinas Victoria, Nuevo León, “tiraron” a dos humanos: una mujer de aproximadamente 25 años y un hombre de 35. Ambos, maniatados y con huellas de fuerte violencia en sus cuerpos...
Letras minúsculas
“Balido histérico,/ clarividente espanto...” Verso de Seamus Heaney. Así andan los priistas hoy: histéricos y espantados.