Agua, ojo, salto y magia

Opinión
/ 6 julio 2024

Esta ciudad tiene una connotación bautismal. Su nombre está relacionada con el agua. Y no cualquier agua sino con la más tierna. La que brota de manantial como la lágrima de un ojo. Tiene sentido de ternura, de nitidez, de infancia y gracia.

Tiene un sentido de sorpresa. Con el asombro de lo inesperado. No es agua turbulenta de mar o apacible de lago. Es agua que salta.

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Pero no es un salto descomunal. Tampoco un salto diminuto. Es Saltillo. Suena a sobriedad, a discreción, a moderación, a humilde transparencia sin engaño.

Esta ciudad, en su elevada entraña con escalinata, tiene sabor a barrio. Ese caserío familiar no se compagina con modernización urbana ni con asentamientos campiranos. Tiene tonalidad de mestizaje, de artesanía existencial, de espontaneidad pueblerina. Es convivencia bendecida por imagen de Cristo crucificado. Con danzarinas devociones de matlachines emplumados, de gran ritmo y colorido.

BARRIO MÁGICO

Dicen que tiene “magia”. Que el “Ojo de agua” es, en Saltillo, un barrio mágico. El corazón y los ojos de turista se estremecen con ese hechizo de originalidad y encanto en que todo va teniendo un matiz de fiesta, de autenticidad, de frescura vernácula irrepetible.

La magia está en el ambiente, en lo que se ve y en lo que se saborea, en lo que puede admirarse y comprarse, en todo lo fotografiable y disfrutable.

Es como un pequeño “centro histórico” descentrado y anecdótico, en una periferia subrayada y florecida, se vuelve imán de curiosidades, apetitos y admiraciones. Lugar para buenos momentos de esparcimiento y familiaridad vacacional.

Se está descubriendo su potencialidad de proyecciones internacionales. Podrá algún día hablarse del “mágico barrio del Ojo de Agua de Saltillo”, como se habla del “Trastévere”, de Roma, o el “Montmartre” de París. Los vinos de La Vaquería y de Parras de la Fuente podrán hacer maridaje con los típicos sabores de la gastronomía norteña.

ATRACTIVOS EVENTOS

Festejos, espectáculos, cafés culturales, conciertos de estudiantinas, exposiciones pictóricas, danzas folklóricas, celebraciones litúrgicas y amenas videoconferencias participativas podrían abrir el horizonte de fantasía, en constante feria de imaginación.

Así, en el barrio mágico, el Ojo de Agua puede bautizar con recuerdos inolvidables, a muchas generaciones de residentes y de visitantes de todos los países.

AUTOBUSES ELÉCTRICOS

Ya El Salvador los está importando de la India. Tienen un diseño consistente y elegante. Un acceso movible para discapacitados, aire acondicionado, asientos cómodos, amplia visibilidad, eficaces recursos de seguridad.

Es hora de que las capitales de los estados puedan importar futuro al ofrecer estos transportes. Se fomentaría una educación a usuarios cada vez más responsables de higiene y de cuidado de cada unidad.

ACTITUD, LENGUAJE Y COMPLEMENTACIÓN

Estos meses, anteriores a octubre, podrían emplearse en una capacitación generalizada, sin distinguir siglas, colores y geometrías, para todos los que estrenan -en todos los niveles- un puesto de servicio comunitario.

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El tripié de “Actitud, Lenguaje y Complementación” llevaría a todos a ser conscientes de las actitudes que no son éticas, ni cívicas ni políticas. A evitar, por completo, los lenguajes de ataques y descalificaciones, con un pacto formal y estricto que exija ofrecer disculpa, en casos de fallas.

Lo más significativo será proponerse que no haya oposiciones sino siempre complementación, sugerencias y crítica sana. Así como hay tiempo fijado para campañas, que también lo haya -legalmente- para capacitación integral, sin exclusiones...

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