¡Alerta! Se aproxima a México un periodo de turbulencias
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Favor de abrocharse sus cinturones, estamos próximos a una zona de turbulencia. Fundamentalmente será una turbulencia política y social que se desarrollará en el marco menos visible para algunos, de una crisis combinada y de largo aliento: la crisis ambiental y la de inseguridad pública.
En la superficie y en el corto plazo, viviremos la borrachera de la relocalización de empresas, conocida como nearshoring, que habrá de beneficiar a unos empresarios y perjudicará a otros, con consecuencias debatibles para la mayoría. Llama la atención que los entusiastas de la relocalización no mencionan ni por asomo el problema subyacente del gravísimo, añejo y nunca atendido problema de la sobre explotación de los acuíferos.
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Ya se ven algunos síntomas de la turbulencia. En las reglas del sistema político mexicano, durante el último año del sexenio, el Presidente pierde poder semana tras semana. Desesperado, como sus predecesores, Alemán, Echeverría o Salinas de Gortari, AMLO trata de defenderse. Cada vez son más los que le pierden el respeto, se enojan; y en este deporte peligroso, el que se enoja pierde. Trata de colocar sus fichas transexenales para garantizar el respeto y autoridad que perderá el 1 de diciembre, en cuanto abandone el Palacio Legislativo de San Lázaro.
Se suma a lo anterior la polarización que se vislumbra en el mundo entero. En más de cincuenta países habrá elecciones. En los discursos de todos ellos privan los extremos que destruyen, sobre el centro que construye. En Estados Unidos, se acerca el huracán Trump, corregido y aumentado, después de desembarazarse de los “moderados” que apoyaron su primera elección. ¡Fuera máscaras!
Si llega a ganar, más allá de la retórica y la humillación al presidente en turno, su efecto en México será enorme. Vendrá la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Que, aunque impulsado por él mismo, se convertirá en una nueva oportunidad de chantaje y el bullying.
Finalmente, tendremos el nuevo Poder Legislativo y su trato ¿inédito? con la primera mujer que asuma la Presidencia de la República. Ninguna de las dos contará con mayoría absoluta, mucho menos con mayoría calificada para efectos de cambios constitucionales.
Con Claudia o con Xóchitl, los zorros de colmillo retorcido estarán a la orden del día. Si bien la primera mandataria contará con la fuerza que le confiere el presupuesto de egresos y con una Fiscalía General de la nación cero por ciento autónoma, veremos en el Congreso a personajes de muy viejas mañas, a coyotes muy balanceados.
En su cancha, Claudia tendrá a Adán Augusto, al secretario particular del Presidente, a Gerardo Fernández Noroña, a Marcelo Ebrard y a Javier Corral. La oposición tendrá a los tres dirigentes nacionales del PRIANRD, también veremos el retorno de Ricardo Anaya y de Manlio Fabio Beltrones, por mencionar a algunos.
En diputados no será cosa menor, Rubén Moreira seguirá siendo el amo y señor, pero ahora llegará Monreal a hacerle compañía. ¿Ve usted a estos personajes dispensando trato suave a Sheinbaum o a Gálvez?
Roma llevaba 500 años como república cuando asomaron los típicos problemas en varios frentes: la lucha por el botín, la desigualdad económica, la polarización política y, en aquel momento, una que otra guerra civil.
Corría el 44 antes de Cristo cuando Julio César se autoproclamó dictador vitalicio, era mucha “lata” lidiar con los pesos y contrapesos establecidos en la República. Se dio paso a lo que conocemos como Imperio Romano, pero no gustó a muchos actores políticos y, antes de que Julio César consolidara su poder, tomaron cartas en el asunto.
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No todos los senadores pusieron un alto al dictador, pero bastaron para apuñalarlo en grupo, se dice que recibió veintitrés cuchilladas al término de un discurso y ante la mirada de un público nutrido. Muerto el dictador se acabó la rabia. Un tema interesante que se discute en el mundo entero, en clases de derecho penal, es éste: ¿Quién mató a Julio César? Pregunta para abogados.
En México no llegaremos a ese nivel. Espero. Lo que sí está claro es que se aproxima una turbulencia interesante, la próxima titular del Poder Ejecutivo no la tendrá nada fácil. Abróchese el cinturón. Será una férrea lucha por el poder. ¿Se impondrán las reglas del sistema o veremos un reacomodo histórico?
