Algo sobre la Luna o leuksna
En el caso del apellido Luna, algunos historiadores dicen que procede de don Sancho Ramírez, combatiente de los moros
Dicen que algunos de los orígenes de los apellidos se deben a los oficios que practicaban quienes los portan. Por ejemplo, si hay personas con el apellido de Ballesteros, era porque se dedicaban a hacer ballestas. Si hay familias de apellido Rodríguez, se debía a que pertenecían a la familia de un hombre llamado Rodrigo.
Entonces me pregunto cuál será la explicación para los que llevamos el apellido Luna. ¿Será porque somos los adoradores de la luna? ¿porque nos interesamos en la luna como cuerpo celeste? o ¿será porque somos lunáticos, esas personas consideradas mentalmente afectadas, peligrosas, insensatas o locas?
En el caso del apellido Luna, algunos historiadores dicen que procede de don Sancho Ramírez, combatiente de los moros, quienes tenían tomada la villa de Luna en territorio español, y de acuerdo a la leyenda, se dice que fue ayudado por la luz de la Luna para ganar la batalla. Así, en agradecimiento tomó el apellido Luna.
Pero no solo el apellido interesa en relación con este satélite responsable de las mareas y de nacimientos, entre otros poderes; hay múltiples alusiones a la luna en fragmentos de poesía órfica, esas descripciones míticas de la creación del mundo que datan del siglo V antes de nuestra era y que recrean a una Luna civilizada, repleta de montañas, ciudades y edificios. Muchos de estos versos son atribuidos a la autoría de Orfeo mismo, hijo de Apolo y de Calíope, portador de una lira, quien con sus sonidos hacía descansar el alma de los mortales.
Si bien la luna, desde el materialismo metafísico, tiene un núcleo rico en hierro, así como un manto y una corteza con minerales hechos de magnesio, oxígeno y silicio. Para el filósofo griego Plutarco, la luna tenía un rostro. En sus diálogos titulados Sobre la cara visible de la Luna que escribiera en el siglo I, entre otros elementos, habla de las manchas en el rostro de la luna; así se considera a esta obra como la primera referencia como imagen antropomorfa de la Luna en el ámbito literario. También Plutarco llama a la luna “cuerpo de cristal”.
Este contrapunto en el cielo para la filosofía y la poesía, inspiró también al famoso cineasta e ilusionista Georges Méliès, quien en su obra Le voyage dans la Lune, les nombra selenitas a los habitantes de la luna en recuerdo a la diosa lunar griega Selene. La luna de Méliès a tiene un rostro abollado por la nave espacial que acaba de aterrizar.
Por más que se busque dar a la luna un tono mortecino, los colores de la luna tienen qué ver con las densidades de hierro y titanio. En las áreas con mayor cantidad de titanio, se observa más oscura y azul debido al mineral óxido llamado ilmenita, que por cierto es sumamente atractivo. Y las áreas que tienen menos cantidad de titanio y mayor de hierro, son anaranjadas, debido también a la presencia del neosilicato fayalita.
Mientras el materialismo continúa dando pasos agigantados en la clasificación de la materia o la carrera aeroespacial sigue quitándole esa aura de misterio con su turismo neoliberal, la luna sigue filtrando su luz, reflejo del astro sol, sobre todas las formas en la Tierra, conversando con la vida toda, incluyendo la mineral.
El vocablo luna proviene del latín leuksna, formada de la unión de leuks, que significa luz, y el sufijo na que quiere decir luminosa.
Encuesta Vanguardia
- 3 diciembre 2023
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