‘Alito’ se puso de pechito
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En la medianoche de la semana pasada, ocurría un cónclave en las oficinas del norte de la CDMX citado por el presidente priista Alejandro “Alito” Moreno. En esa reunión citada con urgencia por el mismo “Alito”, estaban alrededor de una mesa circular los siguientes personajes: Moreno, en mangas sin corbata; el panista Marko Cortés de pantalones “Dockers” caqui, una camiseta del Cruz Azul (porque es el favorito de Xóchitl) y unos mocasines Ferragamo sin calcetines. El perredista Jesús Zambrano -fiel a su origen- vestía como burócrata estalinista: traje gris, camisa blanca y corbata negra. Rubén Moreira portaba encima de su camisa, su gustada camiseta blanca con esta frase inscrita en negro: “Hay días en que uno no anda para mamadas”. Unos lentes oscuros Ray Ban complementaban su atuendo. Tres achichincles priistas -subordinados de “Alito”-, ocupaban unas sillas cercanas a la mesa. Alguién aseguró que hasta Rodrigo “Rigo” Ávila, secretario de Acción Electoral, andaba por ahí.
Toma la palabra “Alito”: Compañeros, estamos aquí para desnudar ante la opinión pública, siempre tan atenta al devenir de la nación, el verdadero rostro del farsante de Álvarez Máynez, candidato a la presidencia por Movimiento Ciudadano (MC), que solo busca restar votos a Xóchitl para favorecer a Claudia Sheinbaum.
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Silencio en la sala.
Arremete “Alito”, de nuevo: Este es un asunto de huevos y yo (¡qué me sobran!) los voy a poner en el bien aceitado sartén de la opinión pública. ¿Qué piensan?
Rubén, callado, mira fijamente a “Alito” sin expresión en su rostro o musitar palabra.
Marko (da un sorbo a su botella de agua sin gas marca Evian) y tímido pregunta: ¿Cómo está eso “Alito”? Y cómo buen contador de profesión, inquiere: ¿Cómo cuántos huevos vas a poner?
“Alito” le responde molesto: ¡Pues los que sean Marko! ¿No te das cuenta que nos estamos jugando el destino de la nación?
Un zorro Jesús Zambrano piensa para sí mismo: “No te hagas loco, ‘Alito’, la nación bien puede sucumbir, pero tú y tu equipo cercano ya está amarrado para el próximo Congreso y Senado, en detrimento del futuro del mismo PRI”.
Achichincle 1: ¿Podría usted, enaltecido Jefe, explicar en qué consiste su estrategia?
“Alito”: Muy simple. Para encuerar a Jorgito como esquirol de Morena, le retaré públicamente a declinar a su candidatura, sus recursos financieros y su tiempos de difusión por Xóchitl. Si lo hace, yo me comprometo a renunciar a la dirigencia de nuestro partido y a mi candidatura plurinominal al Senado.
Los tres achichincles exclaman al unísono: ¡¡¡Woooow, Jefe!!! ¡Excelsa es su visión del ajedrez político!
Rubén, silencioso e inexpresivo, mira fijamente a “Alito” (igual, Moreira estaba dormido, pero es difícil comprobarlo).
De nuevo, un agudo Zambrano piensa para sí mismo: ¡No mames Alito, te tardaste en renunciar con un mínimo de dignidad y honor desde hace mucho tiempo. En ningún país civilizado, un dirigente partidista que pierde 11 gubernaturas en 4 años, como tú, y que se aferra a su puesto -mediante triquiñuelas como las como las tuyas-, y además, fragmenta el partido hasta su eventual desaparición, puede mantenerse en su puesto.
Marko toma un sorbo de agua y pregunta, temeroso: ¿Qué pasaría si Máynez declina a favor de Xóchitl, a pesar de que tú debes renunciar a la dirigencia inmediatamente después de las elecciones y tampoco puedes, por ley, renunciar a tu candidatura plurinominal?
“Alito” encabronado le responde: A ver Marko, ¿tú crees que este pendejo va a renunciar a su candidatura, a pesar de los acuerdos establecidos entre Dante -dirigente de MC- y AMLO? ¡Obvio, no! ¡Pero por mis huevos (campechanos, agrega este diligente escribidor) que los encueramos!
Marko asiente solícito, da otro sorbo a su botella de agua.
“Alito” mira a cada uno de los presentes y pregunta en voz alta: ¿Están de acuerdo cabrones? Marko, Chucho y los achichincles (quizá, hasta el mismo Rigo) asienten de acuerdo.
Rubén, silencioso e inexpresivo, mira fijamente a “Alito” (quizá piensa en el próximo tema de su programa “Con Peras, Manzanas y Naranjas” o simplemente está indispuesto para escuchar mamadas esa noche).
“Alito” hace público su reto a Máynez. Y éste le revira con su característica sonrisa “pela dientes”: renuncia Alito, deja a una política confiable y de estatura como Beatriz Paredes como dirigente del PRI; después del tercer debate me pondré de acuerdo con ella para analizar qué perfiles de Xóchitl podrían integrarse a mi campaña.
Como respuesta, “Alito”, a gritos, convoca a sus achichincles y les dice: ¡Control de daños! Suelten nuestro ejército de bots en redes sociales con estos hashtags: #MaynezEsquirol #MCTraidorALaPatria #MC=Morena.
“Alito” se puso de pechito. Pero eso sí, con muchos huevos, como es su estilo.