Block de Notas (87): Hoy a nadie le preocupan los humanos
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Llegan eventos, historias y sucesos, los cuales nos mueven, nos deben de mover. Al menos a mí
Soy un amasijo de dudas, huesos filosos y una marabunta de preguntas. Jamás respuestas. Esto soy yo. Ni más, pero tampoco menos. Soy un galimatías perpetuo. Mis contradicciones tal vez, y sólo tal vez, sean más que mis certezas. Voy de acuerdo, tengo ideas y todas en su sitio, pero pasa lo de siempre: llegan eventos, historias y sucesos, los cuales nos mueven, nos deben de mover. Al menos a mí.
En la entrega pasada de este “Block de Notas” abordé una cosa que fue muy replicada: ¿Qué es lo importante, señor lector? Con base en ciertas historias sencillas, de tan sencillas, complicadas. ¿Vale más la Inteligencia Artificial (lo que eso sea y signifique hoy en día, al rato le platico algo de eso. Me han puesto ya varios exámenes, y como siempre, para mí es literal... ¡basuuura! Sin pretensiones, funciono mejor que esa mamada; es mi mejor francés) que un ser humano; vale más ganar el título de “Miss Universo”, “Miss Ilegítima Universo”, “Miss del Bienestar con Beca Perpetua” o bien, salvar a un ser humano de su muerte?
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Y ahora voy con el otro lado de la moneda, que es lo mismo: fui a Torreón al Informe de Resultados del gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas, el famoso “Cowboy Urbano”. Fui por dos motivos: primero, tenía que ver aquello para deletrearlo en letra redonda; segundo, su equipo me invitó. Es decir, todo Coahuila estaba invitado, pero me marcaron varios colaboradores y, pues, así no puede uno faltar. Uno tiene que estar in situ.
Me preocupan los humanos, los seres humanos... no los perros, ni los gatos, ni los pájaros. Pero hoy los humanos son los que menos preocupan. Ese día, en el cual salió publicada esta columna en este generoso espacio de VANGUARDIA (lunes 1 de diciembre), hice la pregunta de la importancia de la realidad. Un día antes, atropellaron y mataron a un buen deportista y un ser humano normal, digámoslo así, al señor Luis Ernesto Sandoval Martínez, de 66 años él. Amigo personal de mi amigo, el científico don Guillermo López. Los cuales (es abstracción mía) jugaron juntos y estuvieron a un tris de estar en la gran liga de soccer mexicano, con Rayados de Monterrey. Su muerte, una tragedia.
Caray, ya me estoy acabando el espacio, pero voy a lanzar dos o tres textos sobre lo siguiente: el escándalo es mayúsculo, cayó el fiscal Alejandro Gertz Manero (FGR) y entró al relevo, Ernestina Godoy. ¿Relevo generacional? Gertz tiene 86 años. Godoy, 71. ¡Puf! ¿Cuántos años tiene el “Cowboy Urbano”, Gabriel Elizondo, Federico Fernández, Javier Díaz, Gerardo Blanco, Edna Dávalos...? Sí, la gente que tiene a Coahuila seguro y en su sitio. ¿Usted entonces por quién votaría en una urna limpia? Hay hartos problemas voy de acuerdo, pero al menos usted va a la tienda de la esquina y sabe que va a regresar a su casa...
Señor lector, usted lo sabe, soy viejo y he mojado mi tinta en todo lugar y en toda ciudad a mi efímero paso. Ni se diga mi ciudad adoptiva, Monterrey. Esa ciudad arde de noche. En el día, jalan los obreros. Pero arde y siempre todos los días. Soy viejo, en el 2011 vivía en Monterrey. ¿Usted lo recuerda? El 25 de agosto de 2011 un grupo de criminales incendió a plena luz del día el hoy tristemente Casino Royale, en avenida pomadosa, San Jerónimo (“Fleteros”, pues); dicen que murieron 52 personas. ¡Ja! Para desgracia de todos, es el doble, sin nombre ni identificación.
ESQUINA-BAJAN
Nota 1: El dueño del lugar, ¿sabe quién era, es o fue? Raúl Rocha Cantú... sí, el propietario de “Miss Universo”, protegido de Morena y hoy “colaborador de la FGR” para no ser detenido por narcotráfico, huachicol y tráfico de armas. ¿Por qué no lo detuvieron los panistas o los priistas? ¿Hoy por qué no lo procesaron los morenistas? Le digo, tengo preguntas, tantas preguntas; no respuestas.
Nota 2: Y como siempre, una estampa personal, una historia dolorosa y personal, así es mi vida de poeta. Estaba en el barrio antiguo de Monterrey, leyendo en una banca desvencijada. Llegó y se sentó una señorita de macroimpacto. Un figurín de aparador neoyorkino... no, me dijo era de un país eslavo. Piel de terciopelo, transparente, guapa y bella es poco. Hablaba español y arrastraba la “erre”, me dijo se llamaba Macarena. Le invité un café y un postre en un restaurante de cadena similar.
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Nos enamoramos a primera vista. Intercambiamos pulseras y afiches. Ella me dijo: “Oye, Jerrsus, yo trabarrjo como crupier en Royale, ve a verme un día. No bebo. Me gustarrría invitarte a mi casa en Rrrrusiu...”. En quince días ella ardió viva. Nunca salió en las noticias: nadie sabía de ella. El dueño era o es, el tal Raúl Rocha Cantú, protegido por la Cuarta Traición. En su momento pregunté y lloré tanto por la señorita Macarena, nunca nadie supo de ella, ella habita mi corazón.
El “Cowboy Urbano” va pisando seguro: es su semilla. En su segundo informe de resultados (lo voy a analizar en tres textos más), estratégicamente, vuelve a su tirada de naipes, cinco árboles tutelares: ciudadanos y buen gobierno; claro, desarrollo humano; infraestructura, un Coahuila global... y la joya de la corona: orden y seguridad. Bien. Lo voy a masticar.
LETRAS MINÚSCULAS
El “Cowboy Urbano” Jiménez Salinas tiene un as bajo la manga: su abuelo, Luis Horacio Salinas, lo bendice desde el cielo. Así no hay defensa alguna.