‘Burros pardos’ del Tec Saltillo: ¿qué sigue para su movimiento?
Tras cinco días de paro, durante los cuales han mantenido cerrado un tramo del Bulevar Venustiano Carranza, los alumnos del Tec Saltillo se acercan peligrosamente al inmovilismo que deriva de abrazar el asambleísmo como método para tomar decisiones
Para cuando usted lea estas líneas, el tramo del Bulevar Venustiano Carranza donde se encuentra la zona universitaria habrá cumplido cinco días cerrado al tránsito vehicular. Tal hecho es, hoy por hoy, el aspecto más visible de la protesta iniciada el lunes anterior por el alumnado del Instituto Tecnológico de Saltillo (ITS) y acaso el único dato conocido por el público. O al menos por la inmensa mayoría.
A estas alturas, al denominado “Movimiento Estudiantil Burros Pardos” le ocurre lo normal: ha caído en el inevitable impasse posterior a la efervescencia y entusiasmo iniciales y tras ello se acerca peligrosamente al inmovilismo típico de las iniciativas desestructuradas.
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Quienes dan vida al plantón -no puede hablarse de quienes “lideran” porque los estudiantes insisten en señalar la inexistencia de líderes- se esfuerzan en subrayar un hecho: su movimiento “es ajeno a cualquier partido político” lo cual, según parece, debe entenderse como una declaración de neutralidad en relación con cualquier posición ideológica.
El problema con ello es la contradicción intrínseca: es imposible construir un “movimiento” -estudiantil en este caso- al margen de una posición ideológica. Tal definición es necesaria para precisar las ideas a defender las cuales, a su vez, son indispensables para señalar el contraste entre dichas ideas y la realidad imperante. Evidenciar machaconamente tal contraste es la única forma de mantener vivo el movimiento.
No basta, es preciso decirlo, la identificación de las ideas nodales de una lucha política -y esta una lucha política- para sostener un movimiento como el de los estudiantes del ITS. Además de eso es necesario “venderlo”, es decir, concitar el apoyo del resto de la comunidad o, al menos, de algunos segmentos de esta.
Existen al menos dos razones por las cuales lo anterior es indispensable:
La primera es la más obvia: cerrar una avenida como el Bulevar Venustiano Carranza -así sea un tramo de sólo tres cuadras- afecta a múltiples personas en diversas formas y eso va desgastando, de forma inevitable, la simpatía con la cual se ve, desde fuera, una manifestación de protesta.
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La segunda es un poco más sutil y suele obviarse por completo en la génesis de los “movimientos espontáneos” como éste: mantener un plantón cuesta. Se necesitan recursos económicos -proporcionales a la duración del evento- para sostener el paro y esos recursos deben salir de alguna parte. Alguien debe financiar el movimiento y, si la intención es mantenerlo al margen de las agendas partidistas, ese alguien sólo puede ser la comunidad.
Preocupados más por demostrar su neutralidad política y menos por orientar su protesta a un destino cierto, los manifestantes del ITS corren el riesgo de cruzar un punto de no retorno luego del cual su movimiento se vuelva irrelevante e incluso sufra el rechazo de la comunidad.
Ya han conseguido mucho: la Directora de su escuela renunció apenas dos días después de iniciada la protesta y las autoridades del Tecnológico Nacional de México han expresado el compromiso de revisar con ellos el resto de su pliego petitorio cuyo procesamiento es realmente muy sencillo.
Pero, como suele ocurrirle a este tipo de iniciativas, la ausencia de liderazgos concretos, así como de una estructura racional para tomar decisiones, los está conduciendo a la trampa mortal del asambleísmo del cual solamente es posible sacar un resultado: la inmovilidad.
Cerrar una calle, tomar un edificio u ocupar un espacio público no es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr un fin. En este caso, el fin se encuentra en el pliego petitorio cuyo punto más complejo ya fue concedido. Si los manifestantes no son capaces de entender cómo ello implica la necesidad de sentarse a negociar para levantar el plantón en un plazo razonable, pronto comenzarán a sufrir el desgaste derivado de confundir fines con medios.
¡Feliz fin de semana!
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