Café Montaigne 296: Un relato fascinante sobre Ramos Arizpe y su gente

Opinión
/ 13 junio 2024

101 por ciento de calificación. A reserva de mejorar el porcentaje, el alto y garboso alcalde de Ramos Arizpe, José María Morales, “Chema” Morales, se sacó un 101 por ciento de calificación y aceptación al publicar bajo el sello editorial de su Alcaldía, el libro “Mentiras Completas, Mitades y Pocas Verdades de los Ramosarizpenses”, un libro gozoso de Francisco Cabriales. El alcalde me lo hizo llegar vía la mano del secretario del Ayuntamiento, el atildado Alejandro González Farías. Empecé a hojearlo y leer fragmentos... y no pude parar hasta terminarlo.

Se lo comenté en nuestro anterior encuentro en este “Café Montaigne”, mi escritorio rebosa de pilas de libros para disfrutar, anotar y leer. A saber y a vuela pluma son los siguientes: de y sobre Salvador Hernández Vélez tengo dos, escrito por su pluma, “La Redefinición de la Universidad Autónoma de Coahuila”. Una biografía sobre él, escrita por Enrique Sada Sandoval (catedrático e investigador de buenos vuelos), el libro se llama “Del Páramo al Alba. Salvador Hernández Vélez. Una Biografía”.

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Lo repito: el ingeniero Guillermo López (amén de ser un científico, o tal vez por eso, es también cantante de ópera), me acercó dos libros de colección: la novela “Lecciones de Otoño”, de Iván Eduardo Lópezcampos, y “La Ola que Viene”, de Mustafa Suleyman y Michael Bhaskar, para editorial Debate. Libro perturbador y polémico donde aborda un tema el cual se ventila públicamente y aún no sabemos los alcances definitivos: ha llegado la IA, Inteligencia Artificial, y esta... nos va a engullir.

Este libro lo anudo con dos libros de los cuales estoy justo dando cuenta: “La Izquierda Woke”, de Susan Neiman, y “La Masa Enfurecida”, de Douglas Murray. Tres libros fundamentales para conocer lo que hoy y ahora está pasando en el mundo y lo que se avecina en el futuro inmediato, es decir, mañana. Y como siempre en mi cábala personal, me puse a hojearlos todos al mismo tiempo. Leyendo una página completa o bien y de plano, frases sueltas. Todos me interesaron al instante.

Pero al abordar las letras de Paco Cabriales sobre Ramos Arizpe (caray, no ciudad industrial, no la “Detroit de México”, no una ciudad hacia el futuro, no una villa, no un pueblo, sino un Ramos Arizpe tatuado en el alma de sus habitantes), su prosa sin pretensiones me hechizó. A mata caballo entre la estampa, la crónica, la ficción, los documentos como prueba, las fotografías antiguas, la historia e incluso la hagiografía, “Mentiras Completas, Mitades y Pocas Verdades de los Ramosarizpenses”, libro de poco más de 300 páginas, es un documento fabuloso.

Un texto especial que se puede leer en varias aristas: es aquello de lo cual habló o bautizó don Luis González y González como “microhistoria”. Pero también es crónica. Es un retrato sociológico de los chileros de Ramos. Puede funcionar como pie de investigación en materia antropológica; el libro también se deja leer a pierna suelta en arista gastronómica, es un rescate de personajes, anécdotas y andanzas de los vecinos más distinguidos: el panadero, la vendedora de gorditas, el dueño de la cantina, el presentador del cine, el taxista, el empresario que por primeva vez introdujo el cultivo de la vid, el borracho y la borracha entrañables de la Villa... La pura vida.

ESQUINA-BAJAN

Luego me detendré en próxima columna morosamente en varias historias/crónicas/ficciones que la prosa de Paco Cabriales nos las acerca memorioso y con un verbo envidiable. Por hoy hago referencia a dos o tres aspectos de tan tremendo libro (como siempre, mucho qué contar y el espacio aprieta): en su texto “El Caballo de Colash”, habla del propietario, agricultor, comerciante e iniciador de la vid y el vino en Ramos Arizpe, Nicolás Saucedo. Y eso de su “Caballo de Colash”, nos cuenta Cabriales, es porque éste tenía un caballo que al final de cuentas, “murió de sueño”.

¿Y por qué del mote de “Colash el de las Coquenash”? Cuenta el autor, Nicolás (Ni-Colash, agrego yo. Es obvio el juego de letras y sonidos. Éste se dedicó un tiempo a la cría de “Coquenash”, es decir, gallinas de Nueva Guinea, empresa que nunca prosperó y terminó por “retorcerles el pescuezo y hacerlas caldo”). Por extensión, el caballo era el de “Colash”, el primer viticultor de Ramos y anexas (Saltillo, San Juan de la Vaquería...).

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Cuenta el cronista: Nicolás Saucedo estableció la vinícola “Bodegas de Capellanía S.A.”. Y de socios tuvo a todos los viticultores de la región. Nos dice: “(su principal producto) un brandy de mucha calidad que denominaron ‘Chantre’ en honor a don Miguel Ramos Arizpe, unos vinos dulces denominados ‘Rancio solera’, ‘Tintos’...”. Caray, qué diera yo por probar estos caldos ya históricos y de los cuales poco o nada sabemos hoy.

Le digo, ya me acabé el espacio. Volveré al tema. Final: todos tenemos nuestro corazón y razón en algo especial. Creo que Paco Cabriales dejó su amor y pasión... en el cine. Tiene una crónica de varias páginas dedicadas a este arte y son absolutamente de colección. De colección.

LETRAS MINÚSCULAS

¿No tiene usted “Mentiras Completas, Mitades y Pocas Verdades de los Ramosarizpenses”? Hágale manita de puerco al alcalde “Chema” Morales y consiga su ejemplar. Libro fabuloso.

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