CFE: ¿se va a expandir y fortalecer de verdad?

Uno de los rubros que mayor rezago presenta actualmente en nuestro país y que nos impide crecer económicamente al ritmo que requerimos y las circunstancias actuales permitirían, es el de la generación de energía. Valeria Moy, directora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), ha sido una de las especialistas que ha señalado tal hecho.

Para la analista, la inversión en este rubro tendría que ser una de las prioridades del actual sexenio, pues debido a una mala política energética desplegada en la administración anterior, el sector de electricidad, agua y gas registró una caída del 31.2 por ciento en el periodo 2018-2024.

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La referencia anterior es importante porque ayuda a dimensionar la relevancia del anuncio realizado ayer por la presidenta Claudia Sheinbaum, al dar a conocer el Plan de Fortalecimiento y Expansión 2025-2030 de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el cual implica una inyección importante de recursos a la empresa estatal.

“Es una inversión muy importante, son 8 mil 177 millones de dólares para el Sistema de Transmisión de energía eléctrica de nuestro país... son 275 proyectos de nuevas líneas y 524 subestaciones en todo el país. Es una inversión muy importante”, señaló en su conferencia matutina la jefa del Ejecutivo federal.

El monto de las inversiones anunciadas, las cuales incluyen cinco nuevos proyectos para Coahuila –de los cuales no se tienen mayores detalles–, sin duda es importante. Sin embargo, se quedan cortas comparadas con las propias cifras que el Gobierno de la República ha expuesto en el Plan México.

Apenas en mayo pasado, el IMCO hizo hincapié en el hecho de que la infraestructura eléctrica del país requiere “inversiones masivas” pues, de aquí a 2030, la demanda del fluido se incrementará más de 13 por ciento. En este sentido, urgió a acelerar las inversiones, iniciando con las del referido Plan, mismas que se calcularon en más de 40 mil millones de dólares.

Cabría esperar entonces que lo anunciado ayer fuera sólo una parte de lo que se proyecta hacer, pues aun cuando la cifra de 8 mil millones de dólares pueda sonar espectacular, apenas constituye una quinta parte de lo que ya se ha diagnosticado como una necesidad en el corto y mediano plazos.

Invertir masivamente en la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica es no solamente necesario, sino urgente. La competitividad del país depende en gran medida de ello y, de forma ulterior, la posibilidad de que nuestra economía crezca al ritmo requerido para que se traduzca, como lo repite de forma incesante el discurso oficial, en bienestar para la población.

No puede menospreciarse, desde luego, el anuncio realizado este jueves. Pero también resulta obligado decir que no se trata del volumen requerido de inversiones para un país que comparte una frontera de más de tres mil kilómetros con el mercado más grande del mundo y que se encuentra ante la oportunidad de aprovechar el fenómeno de relocalización de inversiones que vive hoy su momento más fuerte.