Coahuila: debemos cuidar las ventajas competitivas
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El salario promedio no puede –ni debe– ser la ventaja competitiva más importante de una región. De hecho, que los salarios promedio sean altos puede considerarse mejor
La competitividad, se ha dicho en innumerables ocasiones, constituye uno de los retos fundamentales de los gobiernos de todos los órdenes. Y esto es así porque las ciudades, los estados y las regiones compiten de forma constante con el resto del mundo –y no sólo de forma interna– por la atracción de inversiones.
En este sentido, los gobiernos locales deben proponerse, de manera permanente, el fortalecimiento de sus ventajas competitivas. Los factores que inciden en ello son diversos, pero todos son relevantes en el proceso de competir con otros destinos.
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Coahuila ha sido, en este sentido, una región históricamente competitiva, capaz de atraer inversiones de distintos países del mundo. Esto ha permitido la consolidación de un clúster automotriz que, hoy por hoy, nos ubica como una de las regiones del planeta más sólidas en el sector.
Sin embargo, históricamente se ha señalado que constituye un error el que solamente compitamos con mano de obra barata. Adicionalmente, es necesario que seamos capaces de ofrecer otros atractivos que hagan de nuestra entidad y, en particular, de la Región Sureste, un espacio idóneo para el asiento de industrias de alto valor agregado.
El comentario viene al caso a propósito del reporte que publicamos en esta edición, de acuerdo con el cual Coahuila se ubica actualmente en el sexto lugar nacional con el ingreso laboral promedio más alto, en lo que hace a la industria manufacturera.
El indicador es importante, desde luego, pero no alcanza para dibujarnos como una zona altamente competitiva más allá del rango salarial. Y, en última instancia, el que los salarios promedio de la industria manufacturera sean altos no representa, por sí solo, un factor de competitividad relevante.
En abono de lo anterior resulta importante señalar que, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en nuestra entidad los salarios promedio en sectores como “Gobierno y organismos internacionales”, “Servicios Sociales”, “Servicios profesionales, financieros y corporativos” o “Transportes, comunicaciones, correo y almacenamiento”, se encuentran por encima de aquellos.
De las cifras que el Inegi ha revelado se desprende claramente que es importante hacer un esfuerzo para que los salarios promedio de la industria manufacturera crezcan aún más, no porque se trate de un fin en sí mismo, sino porque ello derive del hecho que quienes los perciban sean personas con alta calificación en términos laborales.
Claramente no se trata de “exigir” que los salarios promedio crezcan, sino de que el trabajo que realizan las personas sufra un proceso de revaloración que vuelva indispensable que perciban un mayor salario. Eso implica justamente ser competitivos y es a lo que deberíamos abocarnos de forma permanente.