Coahuila: Obras, mal y de malas

Opinión
/ 13 julio 2025

Los coahuilenses nos ahogamos con la misma infraestructura que solamente se puede parchar o reparar, pero nunca inaugurar.

Decía Dostoyevski que “la tolerancia alcanzará tal nivel que a la gente inteligente se le prohibirá pensar para no ofender a los imbéciles”.

El asunto viene a colación a raíz de que hay puntos muy asimétricos donde la tolerancia se conecta con la censura, y esta da al traste con el ejercicio del periodismo libre, ese que escupe las verdades y las defiende a pesar de cualquier consecuencia.

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Mal y de malas estamos en este estado que se debate entre la falta de crecimiento económico, la ausencia de obras de infraestructura y el falso desarrollo humano.

Generado por una deuda impagable, que se convirtió en el negocio del siglo para los gobernantes, los coahuilenses nos ahogamos con la misma infraestructura que solamente se puede parchar o reparar, pero nunca inaugurar.

Las consecuencias son evidentes y se manifiestan con los retrasos de las obras anunciadas a inicio del sexenio de Manolo, en las que abundan las excusas para no terminarse. Vamos por partes.

El anuncio de obras de infraestructura de este sexenio nació casi a la par de este y fue presumido en varios foros como un plan maestro para adecuar la infraestructura vial a las necesidades de las regiones del estado.

Mil 200 millones de pesos serían destinados a la construcción y rehabilitación de carreteras, caminos, bulevares y calles. Así, por ejemplo, para la región Sureste se anunció la ampliación del bulevar Los Pastores y del Nazario Ortiz Garza, como anclas de conexión a las carreteras y desfogue de tránsito vehicular, tanto del sur como del poniente de Saltillo.

Otra obra prometida fue la reparación de la carretera Premier, que avanza a pasos de tortuga, la cual no terminan de pavimentar cuando ya los tráileres la dañaron debido a la lentitud de la obra, misma a la que ya ni mencionan en el inventario, pero que requiere de prioridad al ser la vía más importante para que los productos de exportación elaborados en las regiones de Coahuila, sur y centro, lleguen a Estados Unidos.

Lo único que sí han aumentado es el número de retenes policiacos de los otrora orcos, los cuales dificultan los tiempos de entrega y llegada de mercancías y personas, rematando con el estorboso retén de Allende, al que no le dan desahogo y que los fines de semana se convierte en un verdadero embudo de kilómetros.

El bulevar Jesús María Ramón, en Acuña, presenta un avance del 57 por ciento, según el último dato que, curiosamente, es el mismo que se anunció en julio de 2024.

Bajando al centro, la ampliación del bulevar Salinas de Gortari está estancada desde hace seis meses, y esa curva parece nunca terminarse, lo peor es que las vías del tren no podrán cambiarse de lugar y el movimiento continuo de trenes seguirá afectando la vialidad.

En la región Carbonífera, a pesar de la grave falta de infraestructura para la vialidad de los parques industriales de Múzquiz y los enlaces carreteros locales, se prometieron obras hidráulicas a través de tanques de bombeo en Cloete y Agujita, los cuales sí fueron echados a andar con una inversión de 24 millones de pesos.

En Torreón, el llamado Giro Independencia fue inaugurado con prisas y a medias, sin embargo, al parecer está funcionando, aunque se olvidaron de las 500 cuadras a pavimentar que prometió el titular del Ejecutivo en una de las giras del desahucio, para opacar a su rival, el alcalde.

Hace un año se presumía un avance total de obras del 67 por ciento y se decía que iba rápido debido a los ingresos generados por el Impuesto Sobre Nóminas (ISN), arrancado a los empresarios de Coahuila con la promesa de mejorar la transportación de mercancías y personal.

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El dinero fluyó mensualmente, sin embargo, las obras muestran avance solamente el día en que son visitadas por el gobernador y su comitiva (guaruras incluidos), y esto se debe a una cuestión simplísima: el dinero del ISN no se está utilizando adecuadamente como se anotó en el fideicomiso; está siendo desviado, en parte para sostener a las fuerzas policiacas y otro tantito en pagar intereses de la deuda heredada de Coahuila.

Y uno de tonto se pone a pensar −esas veces en las que me estoy saboreando un esquite con chile del que pica− si el gobernador se amarrara y un día les dijera a los banqueros que suspenderá por un año el pago de los 15 millones de pesos diarios de la deuda heredada, con ello obtendría 5 mil 475 millones. Y sin pedir frías a nadie para hacer obras, chance y sobra. Y si se preguntan si ello sería factible, pues piensen que si los bancos tienen los pagarés, el gobernador tiene a los jueces. ¡Haya cosa!

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Orestes Gómez es saltillense, estudió en la Facultad de Jurisprudencia de la UA de C y la Normal Superior de Coahuila las licenciaturas en Derecho y Educación Media. Ha impartido cátedra en la Facultad de Jurisprudencia de la UAC, Preparatoria Mariano Narváez de la UA de C, UANE planteles: Saltillo, Torreón, Piedras Negras y Matamoros y en la Universidad Autónoma de Piedras Negras. Ha impartido conferencias en la UANE Saltillo, CTM Coahuila, Asociación de Maquiladoras de Nuevo León y Facultad de Economía de la UA de C. Ganador del premio estatal de Periodismo de Coahuila en 5 ocasiones: 1996, 1999,2000 y 2006 en editorial en prensa y la presea Antonio Estrada Salazar por 25 años de trayectoria. Ha escrito tres libros: uno de poesías titulado “Memorias del Tigre Espejo”, “Cuentos Conurbados” y uno relacionado con los Recursos Humanos “A Little bit about Mexican Law and Human Resources”. Es un tigre espejo que merodea por entre los muros de la desigualdad, la represión y el oprobio escupiendo verdades através de su incómoda pluma.

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