Monitor de los acontecimientos en Coahuila

Opinión
/ 6 julio 2025

En la región Sureste, la CATEM ha venido ganando terreno en unas cuantas compañías con el argumento ‘novedoso’ de que ellos dejan a la sección sindical local administrar sus cuotas

1) La calma chicha. Sucede que la consabida paz laboral, de la que gozaba la región Sureste de Coahuila, se está agrietando debido a la intención y voracidad con que la CATEM quiere actuar con todo el poder.

Esta agrupación, que nació con la salida de la CTM de Pedro Haces −quien hace unos años era líder de esa agrupación en el Estado de México e hizo pucheros porque en el PRI no le dieron una senaduría en 2018−, se ha convertido, a lo largo de los años, junto con el Frente Auténtico del Trabajo (FAT) y el Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz (SINTTIA), en los sindicatos oficiales del gobierno de Morena.

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Bien, en una lucha que hace recordar lo que acontecía a mediados de siglo 20 en los conflictos intersindicales, es decir, a cadenas, piedras, machetes y garrotes, cuando se tomaban a la fuerza las agrupaciones y se ganaban las empresas, la CATEM ha venido ganando terreno en unas cuantas compañías con el argumento “novedoso” de que ellos dejan a la sección sindical local administrar sus cuotas.

Después de detentar el contrato de Joyson Safety Systems en Torreón, esta agrupación logró triunfar en las elecciones internas contra la CTM. Tocó el turno a MAHLE Pistones, en Ramos Arizpe, precisamente el día de las elecciones sindicales, cuando surgió la violencia que hizo necesaria la suspensión de las votaciones hasta que existan condiciones favorables.

Desafortunadamente este conflicto −que si bien es cierto son sindicales y las empresas deben permanecer neutrales− tiene lugar en las plantas, con consecuencias en la productividad y, sobre todo, en la confiabilidad con los clientes, que provocan pérdidas invariablemente.

Un sindicalismo responsable es la meta que se ha trazado Tereso Medina desde hace más de 25 años en Coahuila, y ha funcionado. Es evidente que la libertad sindical es un derecho de los trabajadores que debe respetarse y expresarse en el momento de tomar decisiones, como la renovación de las mesas directivas, pero la violencia está peleada con la productividad, que es la fuente de la estabilidad de las compañías.

2) Las fallas en los programas. Muy nutrida la reunión entre los socios de la AIERA y la Secretaría de Educación de Coahuila, pero muy nutrida de funcionarios de la dependencia que empataron con el número de socios presentes.

Más que el acompañamiento, parecía aquello un séquito real en el que el secretario incluyó a varios directores y hasta a un subsecretario, y todo para escuchar las graves deficiencias en la preparación de los egresados de escuelas técnicas de la región Sureste, que llegan a laborar a las empresas socias de Ramos Arizpe.

Una de las socias tronó una verdad que duele: “Necesitamos planes de estudio actualizados, ya que cuando recibimos a los muchachos ya es muy tarde”.

Es una realidad que los planes y programas de estudio de las escuelas técnicas y universidades que dependen del estado han quedado obsoletas y saturadas. Un ejemplo es el gran número de egresados de la especialidad de Sistemas de Cómputo, cuando esta es sólo una habilidad, y la casi nula graduación en las áreas de mantenimiento, electricidad y producción, por ejemplo.

Además de que la visión es corta por parte de los funcionarios de la SEDU que, a pesar de haber participado en los consejos de vinculación, no hacen eco de las necesidades de la industria, como preparar técnicos en extrusión y mecatrónica, por ejemplo, dos graves necesidades de personal que tienen las compañías.

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Por cierto, entrevistado el mencionado secretario con respecto a otro tema escolar: el conflicto en la escuela Colosio, donde el supervisor de zona y la directora se pelearon por un aula y con ello dejaron a los niños sin desayuno caliente; reaccionó sin comentarios y se retiró, tal vez pensando en lo que perdió el concesionario de los desayunos, que es un exfuncionario de la docena trágica de Coahuila.

3) Ataque. Sin duda que los políticos olvidados son pobres políticos. Me imagino lo que atraviesa por la mente de los políticos cuando pierden el poder y sus canonjías, loas y acompañamientos. Desde la soledad cruel y el abandono de los llamados amigos y aliados, se la pasarán rememorando las ceremonias y los halagos.

A un político coahuilense en el exilio le ha estado dando por demandar periodistas en un ataque directo a la libertad de expresión a través del amedrentamiento, en una clara estrategia para acallar voces críticas que toman el cieno de los desagües del poder y los lanzan a la cara, en un ejercicio de investigación y un acto de justicia.

Lo más lamentable, sin embargo, es que saben que la cancha de los litigios está controlada por ellos mismos. ¡Haya cosa!

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Orestes Gómez es saltillense, estudió en la Facultad de Jurisprudencia de la UA de C y la Normal Superior de Coahuila las licenciaturas en Derecho y Educación Media. Ha impartido cátedra en la Facultad de Jurisprudencia de la UAC, Preparatoria Mariano Narváez de la UA de C, UANE planteles: Saltillo, Torreón, Piedras Negras y Matamoros y en la Universidad Autónoma de Piedras Negras. Ha impartido conferencias en la UANE Saltillo, CTM Coahuila, Asociación de Maquiladoras de Nuevo León y Facultad de Economía de la UA de C. Ganador del premio estatal de Periodismo de Coahuila en 5 ocasiones: 1996, 1999,2000 y 2006 en editorial en prensa y la presea Antonio Estrada Salazar por 25 años de trayectoria. Ha escrito tres libros: uno de poesías titulado “Memorias del Tigre Espejo”, “Cuentos Conurbados” y uno relacionado con los Recursos Humanos “A Little bit about Mexican Law and Human Resources”. Es un tigre espejo que merodea por entre los muros de la desigualdad, la represión y el oprobio escupiendo verdades através de su incómoda pluma.

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