¿Cómo pega la corrupción a las mujeres?

La discusión sobre el impacto de la corrupción de forma diferenciada entre los hombres y las mujeres ha perdurado en los círculos de investigación sobre el fenómeno. Expresiones como “las mujeres son menos corruptas que los hombres” o “ellas son más honestas” son comunes. Sin embargo, es necesario reflexionar un poco más en torno a estas afirmaciones.

En un estudio realizado por la ONU, en conjunto con la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional Anticorrupción y el Comité de Participación Ciudadana, llamado “Mujeres ante la corrupción. Reflexiones para mitigar sus efectos”, se plantean algunas interrogantes que dan luz a la profundización del tema.

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Por ejemplo, la investigación rechaza la idea de que las mujeres son menos corruptas por ‘naturaleza’, por su ‘esencia’ o por una supuesta superioridad moral, pues adoptar estas perspectivas estarían alimentando los estereotipos de género. En realidad, la corrupción está más relacionada con un tema estructural y sistémico, de grupos con mayores ventajas económicas y sociales, y no por una condición de género. Es decir, las mujeres tienen mayor precariedad económica, por ejemplo, según Coneval, en el ámbito laboral las mujeres perciben 25 pesos menos por hora que los hombres.

Por otro lado, la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (INEGI, 2021), la tasa de prevalencia de corrupción por cada 100 mil habitantes presenta diferencias estadísticamente significativas sobre actos de corrupción, según el sexo de la persona. En general, los hombres tienen un mayor acercamiento que las mujeres —ya sea como suposición, experiencia propia o de otra persona— con actos de corrupción en la realización de trámites.

Otro dato importante es la vulnerabilidad de las mujeres ante los delitos sexuales. La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, señala que en los delitos sexuales (hostigamiento o intimidación sexual, manoseo, exhibicionismo, intento de violación y violación sexual) las mujeres son más vulneradas, por 10 delitos sexuales cometidos contra mujeres hay uno cometido hacia los hombres” (INEGI, 2022).

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Al respecto, la tasa de delitos sexuales por cada 100 mil habitantes por tipo de delito, según el sexo de la víctima, corresponde a 3 mil 935 de mujeres contra 406 hacia hombres. Para abonar a la comprensión del tema, el estudio propone la necesidad de cruzar datos sobre el acceso a la justicia cuando se presentan denuncias con posibles actos de corrupción.

Otros aspectos que afectan de forma desproporcionada a las mujeres son los feminicidios, la sextorsión y la revictimización. Por lo anterior, más de allá de conmemorar una fecha representativa de la lucha feminista es necesario traer a la discusión pública un análisis del fenómeno de la corrupción y su impacto en la vida de mujeres y niñas, especialmente en tiempos electorales.