¿Cuento de Adviento?
No tiene el Adviento, mundanizado o sacralizado, el estilo y el material acostumbrado en relatos ingenuos o salpicados de moraleja, que se da a los lectores como aguinaldo literario anual
Menudean los cuentos de Navidad.
Pero no se conocen cuentos de Adviento. Hay autores como Dickens que logran pescar el espíritu de la generosidad navideña.
Como es tiempo preambular, preparatorio, el Adviento no parece ser materia adecuada para una narrativa de imaginación cordial y sorpresiva, con toques de inocencia infantil y ternura divina.
No tiene el Adviento, mundanizado o sacralizado, el estilo y el material acostumbrado en relatos ingenuos o salpicados de moraleja, que se da a los lectores como aguinaldo literario anual.
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LO QUE CONTARON LOS INSPIRADOS
Los relatos bíblicos ya son, en sí mismos, una deslumbrante belleza de sencillez sublime, al narrar lo que hizo aquella joven de Nazareth, después de ser visitada por un arcángel mensajero.
La vemos poniendo en su morral lo necesario para ascender, en carreta y caminata, las alturas de Judea, llevando ya, en su cuerpo, la gestación de El Salvador.
Cómo su saludo inundó de alegría el hogar de Isabel, animando la danza del Bautista en el seno de su madre. Tres meses de compañía, de servicio humilde y gozoso hasta que llegó el alumbramiento del precursor.
También el Adviento de aquel joven que contempla la decadencia espiritual progresiva a su alrededor y decide irse al desierto a ser la voz de la Palabra.
Se le veía metido en las aguas del Jordán, invitando a todos a purificarse para iniciar vida nueva. El de María fue Adviento de nacimiento y el de Juan fue Adviento de renacimiento para vivir vida iluminada por un reinado divino.
No son relatos de ficción como cuentos sagrados, sino historia viva y relampagueante.
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CUENTO DE ADVIENTO CUANDO VUELVE EL QUE NACIÓ
El astrónomo está en su estudio, atisbando cielo con su telescopio. Contempla eso venido de otra galaxia que parece cometa y que se comporta como nave. Va después a tomar un café con compañeros astrónomos.
“¿Se acuerdan cuando discutíamos cómo explicar la estrella que guio a los magos a Belén?”. Todos lo recuerdan bien. El más viejo comenta: “Quedamos en que sólo era un signo del que venía a nacer en Belén”. “Pues yo acabo de volver a contemplar el ATLAS y creo que sólo es un signo con que avisa aquel que nació, que vuelve resucitado y con gloria”, Todos bebieron un trago de café en silencio...
TÉ CON FE
-Necesito un milagro para creer.
-No. Necesitas creer para que el milagro llegue como lo esperas...