‘Efecto Trump’: ¿los aranceles comienzan a causar estragos?
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Finalmente, todo indica que la errática política internacional de Donald Trump comenzará a provocar efectos negativos en México, aunque no está clara aún la magnitud de estos
El 28 de enero pasado, apenas unos días después de que Donald Trump asumiera nuevamente como presidente de los Estados Unidos, la presidenta y consejera delegada de la automotriz estadounidense General Motors, Mary Barra, deslizó la posibilidad de que, ante la amenaza del mandatario de aplicar aranceles a los vehículos construidos en México, la armadora podría trasladar parte de su producción a Estados Unidos.
“Tenemos capacidad en Estados Unidos para transferir algo de eso. También vendemos camionetas globalmente, así que podemos estudiar el origen de los mercados internacionales. Así que hay cosas que podemos hacer para minimizar el impacto si se imponen los aranceles a Canadá o México”, señaló en una conferencia virtual con analistas, a los cuales presentaba el informe de resultados de la empresa en 2024.
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Al día siguiente, en el marco de la 85 Asamblea Anual de la American Society of Mexico (AmSoc), que agrupa a los empresarios estadounidenses con negocios en nuestro país, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aseguró que “nadie se va a ir de México, porque las plantas más productivas las tienen aquí; sería muy caro”.
Han transcurrido poco más de cuatro meses desde aquel episodio, y ayer la empresa con sede en Detroit anunció que ha tomado la decisión de trasladar parcialmente a Estados Unidos las líneas de producción de sus modelos Equinox y Blazer, las cuales se fabrican actualmente en Ramos Arizpe y San Luis Potosí.
No queda claro aún la proporción en la cual disminuirá la producción de estos dos modelos que hoy se fabrican en nuestro país, pero sin duda eso provocará un impacto negativo en la economía nacional y local.
Al respecto, Ebrard aseguró ayer que las plantas de GM en Ramos Arizpe, Silao, San Luis Potosí y Toluca “se mantienen operando normalmente y su personal también. No hay previsión de cierres ni despidos”.
La empresa no ha dicho, desde luego, que pretenda cerrar sus plantas en México y, dado que el anuncio de ayer no surte efectos de inmediato, tampoco es previsible que haya despidos. Sin embargo, una consecuencia de la reducción de los volúmenes de producción será, necesariamente, el recorte de personal que tienen contratado.
Habrá, pues, una ventana de tiempo entre el anuncio y la materialización de sus efectos. Se trata de un periodo que debe aprovecharse para diseñar y poner en práctica medidas tendientes a mitigar las consecuencias negativas que necesariamente acarreará.
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Para el caso específico de Coahuila, como se ha dicho en repetidas ocasiones, el hecho tendría que verse como una oportunidad para avanzar en el proceso de diversificación de la economía local con el propósito de reducir la dependencia que tenemos de la industria automotriz.
Atraer industria de mayor valor agregado y menor impacto en el entorno es la ruta que tendría que explorarse con determinación.