El derecho de los pueblos mexicanos a los museos

Opinión
/ 10 marzo 2024

Cada localidad humana significa un recuento de acontecimientos ligados a su desarrollo. Hitos de gloria, hitos de tristeza colectiva, edificaciones construidas e historias de personajes que fueron más allá de respirar y reproducirse. Hay comunidades con pocos pobladores, pero que tienen algo importante que contar.

Es en los museos donde se muestra el patrimonio cultural y material de naciones, ciudades y pueblos, amén de obras de arte o colecciones específicas sobre objetos producidos por la acción del hombre en el mundo.

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Hace tiempo, cuando en 2010 luchábamos porque hubiera un museo en el municipio de Bustamante, Nuevo León, las entonces autoridades estatales del ramo me dijeron que era algo absurdo, porque apenas la población era de 5 mil habitantes. Les contesté que más bien era absurdo que no hubiera un museo en un lugar multicultural de rico patrimonio natural. Ahora se cuenta con el Museo de la Memoria Viva y con el Museo de las Cosas Simples.

Pahuatlán del Valle, Puebla, forma parte de la región Huasteca-Totonacapan, su primer asentamiento data del año de 1585 de acuerdo con la historiografía oficial, aunque se conoce que existía por lo menos 15 años antes. Actualmente cuenta con una población de un poco más de 20 mil habitantes distribuidos en Xolotla, Atla, Atlaltongo y Mamiquetla, de origen nahua; y en San Pablito, Xochimilco y Zacapehuaya de origen otomí. San Pablito es famoso por las obras artísticas que allí se hacen con base en el papel amate de producción local.

Estas dos etnias, más la comunidad mestiza que allí radica, le dan a Pahuatlán una diversidad cultural que genera una relación social que implica controversias y que por supuesto puede ser contada a través de un museo, pero no cuentan con uno, aunque pronto podrán tenerlo gracias a la gobernanza que se ha propiciado por Eduardo Romero, empresario de segunda generación en el negocio de las mercaderías de frutas y legumbres, que funge como alcalde municipal. ¿Existe algún sentido racional que justifique que un pueblo con las características excepcionales como Pahuatlán no tenga un museo?

La fundación Mundo Sustentable ha intervenido respetuosamente en el tejido cultural de algunos pueblos de la Sierra Norte de Puebla desde fines de 2021, acompañando a los ciudadanos en procesos de educación ambiental y conservación de ecosistemas. También en el establecimiento de museos de sitio. Es entonces que, cumpliendo una promesa de proveer de un capital semilla para establecer un museo en Pahuatlán, se dispuso la restauración de dos antiguos salones de la planta baja del palacio municipal.

Con alegría constaté que los trabajos van muy adelantados. Junto al alcalde allí estuvimos el joven filósofo Donovan Urbina −quien coordina la restauración−, el maestro Oziel Mora, vital y sabio coordinador de lo que será la museografía; la antropóloga Alba Jocabed Florentino Lira, representante de la fundación, y mi persona. Pude percatarme de que el derecho a tener un museo de sitio, comunitario o institucional, lo ameritan y merecen muchos pueblos mexicanos.

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El museo multicultural de Pahuatlán podrá mostrar su vasto patrimonio integral en el que aún tienen presencia los cultivos de maíz, frijol, cacahuate y chile, además de la fabricación artesanal del papel amate y de la creación de bellísimos textiles, cuya confección data del siglo 9 después de Cristo. Allí estaremos en su inauguración porque es tiempo de que la población mestiza de su cabecera municipal se articule con respeto con las poblaciones nahuas y otomíes, que son las que le dan un verdadero agregado a este sitio memorable más allá del distintivo de Pueblo Mágico, el cual parecería estorbarle.

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