El ocaso de Notimex

Cinco años han sido suficientes. La huelga del sindicato de trabajadores y la dirección ejecutiva en manos de la experiodista Sanjuana Martínez fenece la agencia informativa mexicana.

Nacida en barrios peligrosos de la ciudad metropolitana de Monterrey, Martínez es un fenómeno de persistencia. Irrefrenable hasta el grado de emplearse como obrera en España, para continuar con sus estudios de postgrado.

Pertenece al gremio de mujeres empoderadas. A esa generación dogmática, feminista y organizada. Su cultura ya ha trascendido, no solo al barrio. Donde los aromas de los alimentos impregnan el ph del sudor de sus cuerpos.

Podrás abandonar la calle, pero ella, jamás te olvida. Sanjuana quien ha rebatido con jueces, en asuntos de índole personal, victimizado y doblegado, en la negativa a la convivencia familiar.

Al nombramiento luminoso para hacerse cargo de Notimex, por parte directa de Andrés Manuel, solo ha entregado cuentas negativas. El cascarón del edificio en ruinas. La mafia interna e intocable desde el liderazgo de sus sindicalizados.

Sanjuana le juega a la indolencia. Se escuda en los géneros periodísticos para denostar a los empleados. Los acusa de empíricos. También de aviadores. Al hacer uso de la nómina para becar a los próximos familiares.

Hartazgo de quienes conocen la manera tozuda, poco eficiente en la administración, de la experiodista Martínez.

Podrá acusar a la iglesia católica romana mexicana, por proteger a los sacerdotes pederastas, de quienes están detrás de la parálisis de Notimex.

Cinco años de beca son suficientes, para quien llegó a ocupar el mayor puesto reporteril del país. La caída anticipada, el cierre de operaciones, la no negociación para reactivar las labores, demuestran solo el verdadero oficio de Sanjuana, destruir la institución informativa más grande de todo el país.

Días negros se aproximan. Indudablemente.