Erasmus Mundus, mobility populi

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Ir a las universidades europeas, para mí, significa entender el proceso de la ilustración que ha emancipado a las sociedades europeas con mayor libertad e igualdad
Hace algún tiempo, un catedrático español de Filosofía del Derecho nos comentó en clase −serio, pero con cierta soberbia e ironía− que el mundo latino necesitaba una nueva conquista: mandar barcos llenos de libros para buscar la nueva evangelización a través de la educación europea.
Muchos compañeros de mi doctorado lo tomaron a mal. Otros replicaron: si la Pinta, la Niña y la Santa María hubieran sido tripuladas por otro tipo de españoles, nuestro proceso de independencia hubiera sido diferente. Yo pensé: ¡qué hubiera sido de nosotros si, en lugar de la Nueva España, los ingleses hubieran construido la Nueva Britania en tierras aztecas! Olvidemos mejor esas cosas.
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Mis colegas latinoamericanos, sin embargo, no lo tomaron a bien. En lo personal, traté de entender el mensaje que nos quería transmitir el profesor: la educación es la mejor forma de transformar a las sociedades. Europa ha apostado siempre por el proyecto universitario de su comunidad. Necesitamos compartir más este tipo de ideas universales. Eso me enseñaron allá y traté de replicarlo aquí.
En efecto, muchos de los que decidimos ir a Europa a formarnos de manera diferente a nuestro continente latinoamericano, tuvimos la oportunidad de conocer una cultura de universidad muy diferente a la nuestra. En lo personal, creo que Europa es un lugar fundamental para la educación superior. Su historia, su forma de vida y su diversidad cultural representan una forma de desarrollo que promueve una educación líder en el mundo.
Sin duda, la educación europea tiene sus problemas y crisis, pero es algo que desde que inventaron (d.C.) lo han hecho bastante bien desde la primera universidad en Bolonia (1088). Ir a las universidades europeas, para mí, significa entender el proceso de la ilustración que ha emancipado a las sociedades europeas con mayor libertad e igualdad: iglesias antiguas, por ejemplo, que durante mucho tiempo promovieron el dogma religioso se convirtieron, de una etapa a otra, en centros universitarios para desarrollar los valores universales. O más recientemente: cuarteles militares que apoyaron el totalitarismo, en ciertos regímenes políticos, se convirtieron en las nuevas universidades contemporáneas que acogen a miles de estudiantes de todo el mundo que pretenden educarse en los valores del viejo continente.
ERASMUS+
Erasmus Mundus es un programa de la Unión Europea que promueve la movilidad, intercambio y cooperación académica para mejorar la calidad de la educación superior entre la comunidad europea y el resto del mundo. Se llama así en honor a Erasmo de Rotterdam, un filósofo, teólogo y humanista europeo del siglo 16.
Desde los ochenta del siglo pasado a la fecha, le han apostado fuerte a una nueva generación Erasmus+ que forma parte de la Estrategia Europea que tiene por objeto fortalecer los fines y valores de su dimensión política, social, cultural y económica.
Muchos de mis colegas europeos son parte de esa generación. Son profesores con una gran formación universal. Han tenido grandes oportunidades de movilidad internacional, dentro y fuera de Europa. Ello les permite tener una visión amplia, completa y diferente del mundo. Son una gran generación que hoy está en todo el mundo. Nuestra directora de la AiDH, por ejemplo, es parte de ese nuevo ejército de Erasmus.
Esta educación abierta de la integración europea representa el camino que muchos de sus pensadores más influyentes han trazado para construir una mejor sociedad.
Desde que se creó la Academia IDH, se apostó a una gran relación con universidades e instituciones europeas. La casa morada es conocida y reconocida en el mundo europeo. Se ha hecho con mucho esfuerzo académico, institucional y personal.
Nuestra presencia internacional le ha dado la oportunidad a nuestra comunidad estudiantil de acceder a becas y apoyos de instituciones europeas que les permiten una formación universal. Nuestros estudiantes, sin duda, son los principales beneficiarios de esta construcción institucional.
Muchos jóvenes investigadores han tenido la oportunidad de hacer el doctorado en Europa, realizar estancias de investigación y hasta laborar en instituciones europeas. Ahora nuestros estudiantes, desde la licenciatura, maestrías y doctorado, tienen la gran oportunidad de ser recibidos en diferentes universidades europeas.
Esto es parte de la primera década morada. Espero que, con lo edificado, sigan construyendo nuevas relaciones, apoyos y oportunidades en el mundo académico, porque la nueva generación morada estará mejor preparada para enfrentar los retos y desafíos de nuestra comunidad.
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10+AiDH
No hay mejor manera de festejar los 10 años de vida de la casa morada que celebrando que, durante este año, esperamos tener 10 nuevas personas que se reciban como doctoras en Derecho de diferentes universidades del mundo, incluyendo el doctorado AiDH.
¡Eso esperamos en nuestra universidad!
MORALEJA: LATINUS+
Yo nunca tomé a mal la idea de la nueva conquista que el profesor sugirió con los barcos de libros. Al contrario, le tomé la palabra con algunos ajustes: hay que mandar, de regreso, barcos llenos de estudiantes latinus para formarse en la educación europea a fin de que, sin duda, puedan convertirse en los agentes de cambio que necesitamos en nuestra comunidad.
¡Esa es la magia morada!