Estas ruinas que ves

Opinión
/ 27 agosto 2022

Paco, profesor universitario en ejercicio, vuelve a su terruño natal después de pasar un largo periodo en la capital del país. El motivo de este retorno es una estancia en la universidad de la localidad, ahí –ni tarde ni perezoso- se adhiere a la palomilla intelectual del lugar, a través de la cual conocerá la dinámica de la actual sociedad de Cuévano y lo llevará a conocer a Gloria, una joven estudiante comprometida con un ingeniero y reincidente en los romances prohibidos, de quien quedará perdidamente prendado.

El amorío en ciernes está condicionado por un sentimiento de culpa que invade al visitante, ya que –según le contó un colega- la joven padece problemas cardiacos severos, por lo cual, aquel que le provoque el primer orgasmo se convertirá en su potencial asesino. ¿Conclusión? Malagón, el chismoso de marras, le dice “qué ingenioso soy a veces, cuando estoy borracho. ¡Las cosas que se me ocurren!”

Jorge Ibargüengoitia, una de las plumas canónicas de este país, presenta esta novela de peripecias y mal entendidos tremendamente cómicos en un lugar provinciano, lleno de costumbres autóctonas y conservadoras, donde cada aventura está sazonada con altas raciones de humor involuntario. Si usted, querido lector, se decide a descubrir esta pieza del autor guanajuatense corre el riesgo de terminar a carcajadas en cada capítulo, pero muy al estilo de Augusto Monterroso, “el verdadero humorista no pretende hacer reír, sino hacer pensar”.

Estas ruinas que ves

Jorge Ibargüengoitia

2019

Booket México

176 pp

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