¿EXCESIVA TASA DE INTERÉS?

Opinión
/ 21 agosto 2022
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Desde finales del año 2021 se previó que el costo del dinero se incrementaría tendencialmente para contener el alza de precios, por contingencia sanitaria mundial y por efectos económicos negativos globales, debidos a sanciones de Estados Unidos y Europa impuestas a Rusia por la operación militar especial en Ucrania, sobre todo, la elevación de precios de granos y energéticos, con secuela en productos derivados.

El 12 de agosto pasado llamó la atención la drástica decisión unánime de la Junta de Gobierno del Banco de México, de aumentar la tasa de interés pasiva al ahorro en 0.75 puntos y ubicarla en 8.50% anual, para contener el dinero circulante al incrementar el costo del crédito, tanto para consumo como para inversión directa.

Lo anterior es una posición de refuerzo para evitar que la inflación supere dos dígitos en este año. Se observa que, aún que los precios continúan en ascenso, dicho crecimiento es menor en promedio, esto a más de tres meses que se puso en marcha el Programa Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) con la iniciativa privada (que contempla elevar producción de 24 productos agrícolas –en su conjunto incidencia de 46% en los precios de alimentos–, reducción de aranceles a importaciones determinadas, subsidiar gasolinas, entre otras estrategias).

En 12 meses del año 2021, la tasa de crecimiento promedio de la inflación anualizada fue 7.33%, mientras que en 7 meses de este año –a julio– dicha tasa promedio fue sólo de 1.54, lo cual muestra que paulatinamente se contiene el aumento de precios.

Se ha demostrado que en México el efecto inflacionario no es originado por el aumento salarial de más de 65 por ciento en tres años, ni por las transferencias sociales en más de 400 mil millones de pesos, asimismo el gobierno federal ha sido extremadamente cuidadoso en no generar déficit ingreso-gasto. De tal manera que, tanto la política monetaria con aumento de tasas de interés, como la política fiscal de austeridad, reasiganción del gasto y el Pacic, progresivamente contienen el incremento inflacionario y se prevé que los resultados sean palpables en este tercer trimestre, sin aumentos drásticos en la época navideña.

Sin embargo, aunque el aumento en la tasa pasiva se observe como estrategia que garantice contención de precios, esta decisión afectaría el crecimiento económico que favorablemente se ubicó en 1.9% al segundo trimestre de este año. Se esperaba que el incremento fuera a 8.25% anual máximo para no afectar la ruta de recuperación económica paulatina, pero el objetivo es que el indicador de precios no alcance 10% acumulado en el año (a julio fue 8.15%), lo cual se prevé posible para que no afectar aún más el poder adquisitivo de los salarios.

No es fácil para los gobiernos del mundo la situación actual atípica, mucho menos para nuestro país anclado a la primera potencia económica del mundo. En todo caso, para que no enviar señales negativas a la inversión y a los mercados financieros, es necesario que se continúe con cautela y coordinación en las decisiones fiscales y monetarias... hasta ahora eso se observa.

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