Guerra de ‘baja’ intensidad Irán-Israel: otro ataque contra Irán

Opinión
/ 4 febrero 2023
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Esta semana, Irán recibió un ataque contra una instalación militar. Este ataque ha sido ampliamente atribuido a Israel, y formaría parte de una espiral de violencia denominada de “baja intensidad” entre esos dos países. No obstante, estas agresiones son hoy mucho más abiertas y están escalando, lo que eleva los riesgos de que esta guerra de supuesto “bajo perfil” se salga de control y se transforme en algo más delicado. Unas notas al respecto:

1. Recordar que Irán e Israel son dos de los mayores enemigos regionales desde hace décadas. Ambos países se perciben como amenaza. Israel considera el proyecto nuclear iraní, de hecho, como un peligro existencial. Para Irán, sin embargo, sus capacidades nucleares simplemente representan un esfuerzo por equilibrar la balanza ya que Israel cuenta con sus propias bombas atómicas desde hace más de 50 años.

2. Esta confrontación ha escalado por ejemplo en Siria, país fronterizo con Israel. En la medida en que Irán o sus aliados se beneficiaron del desenlace de la guerra siria, Israel sintió amenazada su frontera y su seguridad inmediata. Así, durante años, su aviación estuvo bombardeando Siria para atacar a aliados de Irán y desde 2018 directamente posiciones y personal iraní. Otro rubro de enfrentamiento que ha estado escalando entre Israel e Irán es una guerra naval de baja intensidad, una guerra cada vez más pública. Otro ámbito es el de la ciberguerra y los sabotajes, sobre todo contra plantas, tecnología, personal e infraestructura iraní. Los ataques israelíes han sido más abiertos desde al menos 2021.

3. Ahora bien, todo ello no ha derivado por ahora en un conflicto armado entre esos dos países y probablemente, al menos durante algún tiempo más, seguiremos viendo respuestas similares a las que hasta ahora se han manifestado. Esto tiene distintas explicaciones. Señalo algunas: (a) El proceso de negociaciones nucleares entre EU y otras potencias con Irán sigue estancado, pero aún vivo, e Irán busca no ser visto como beligerante; (b) en todo caso, Teherán parece convencida de que sus objetivos finales se están alcanzando mediante su “paciencia estratégica”. Sus posiciones en Siria, así como las de sus milicias aliadas, en lo general, se han mantenido a lo largo de los años, y no hay daño militar o nuclear que hasta el momento no se haya podido revertir pasado un tiempo; (c) la guerra en Ucrania está acercando considerablemente a Irán y a Rusia, y es muy probable que Teherán esté considerando que, en el largo plazo, esa cercanía, así como su cercanía con China, terminarán por brindarle la protección que necesita en su estrategia mayor.

Sin embargo, hay al menos otros tres elementos de contexto que hay que añadir:

4. El primero es el movimiento social liderado por las mujeres, el cual, si bien ha disminuido en cuanto a su extensión e intensidad, sigue vivo, y, sobre todo, exhibe las enormes fracturas en la sociedad iraní. En ese sentido, la utilización de un “enemigo externo” a fin de generar cohesión interna, nunca puede descartarse.

5. El segundo es el nuevo gobierno liderado por Netanyahu, con el mayor componente de extrema derecha en la historia de Israel, un gobierno que adoptará posiciones muy duras en todos los ámbitos, especialmente si Irán sigue avanzando en lo nuclear.

6. El tercero: en los eventos de la semana pasada, Israel y EU mostraron una coordinación absoluta, y es probable que Israel se sienta protegido para seguir adelante con esta estrategia.

Por tanto, es importante comprender que, si bien hay factores que parecen empujar hacia el mantenimiento de una relativa escala baja en estas confrontaciones, también hay otros nuevos que empujan en la dirección contraria.

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Instagram: @mauriciomesch

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