¿La paz en Sinaloa depende de los criminales?

Opinión
/ 27 septiembre 2024

La semana pasada, al ser interrogado sobre el hecho de que Culiacán se encontraba sumido en una oleada de violencia generada por el enfrentamiento entre dos facciones del Cártel de Sinaloa, el comandante de la Tercera Región Militar, con sede precisamente en Culiacán, Jesús Leana Ojeda, declaró que la paz en la entidad no dependía de las fuerzas armadas, sino de los grupos criminales, es decir, en este caso de los “Chapitos” y de los “Mayos”, dando a entender que la violencia se iba a terminar, cuando los mismos llegaran a una tregua o que uno acabara con el otro.

Entonces para qué necesitamos fuerzas del orden, ya que las mismas son las responsables de mantener la paz y de hacer cumplir la ley, porque en ellas está depositado el monopolio legítimo de la violencia y claudican de su función esencial, ¿vamos a dejar a la ciudadanía desprotegida porque el general Jesús Leana Ojeda le tiene miedo a los delincuentes?

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No se puede esperar que quienes todos los días irrespetan las normas, que viven fuera del ámbito de la ley y que le hacen daño constante a la sociedad, se autorregulen, para eso tenemos a las fuerzas del orden, para que hagan cumplir la ley, incluso si tienen que usar la fuerza como último recurso claro, pero en ocasiones se debe usar, por ejemplo en casos como el de Culiacán, en donde llevan más de 15 días en medio de balaceras.

Peor aún el escenario en el cual la Guardia Nacional pasará a formar parte de la Sedena, porque ahora todos los efectivos de combate al crimen organizado dependerán de los militares, pero si todos se comportan como Jesús Leana Ojeda, vamos a estar en serios problemas, porque los militares se limitarán a ser espectadores mientras nuestras ciudades viven la violencia y nosotros estamos en peligro.

El Gobierno federal ha actuado de forma lenta e ineficaz, no ha enviado los efectivos que se requieren en Culiacán para detener la violencia, pero lo peor es que la misma ya comenzó a migrar a otras zonas, por ejemplo, a Caborca, Sonora; a Ojinaga, Chihuahua; o a Tijuana, en Baja California, amenazando con comenzar una especie de guerra civil para controlar los territorios del Cártel de Sinaloa.

Andrés Manuel López Obrador, en todo su gobierno, no logró contener la violencia, apenas la disminuyó de forma mínima; por ende, él ya no está preocupado en responder a la crisis de seguridad, pero Claudia Sheinbaum sí debería estar preocupada, porque va a recibir un país con tendencia al alza en los asesinatos, que se puede meter en problemas a varias zonas del país y dejarla mal parada en su primer año de gestión.

La política de dejar hacer, dejar pasar, materializada en la frase “abrazos, no balazos”, es la peor de todas en el ámbito de la seguridad y mal haría Sheinbaum en emular la fallida estrategia del actual Presidente; por el contrario, urgen cambios relevantes en la estrategia, si quiere tener resultados diferentes, pero sobre todo, si como presidenta aspira a tener un país en donde sus habitantes vivan en paz.

victorsanval@gmail.com

@victorsanval

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