La Primavera Árabe vuelve y tumba al dictador sirio Bashar Hafez al-Assad

Opinión
/ 15 diciembre 2024

La humanidad se ha dado formas de organización o de gobierno que resultan incomprensibles en muchos casos, sometiendo a millones de personas

Casi todos los grandes avances de la humanidad han comenzado con una queja o protesta, tal fue el caso de Mahatma Gandhi y la no violencia; Martin Luther King y la campaña por los derechos civiles o Nelson Mandela y el movimiento contra el apartheid en Sudáfrica. Éstos y otros dirigentes propiciaron un cambio en beneficio de sus respectivos países y, por ende, de sus conciudadanos, con base en la misma premisa: que el orden establecido era injusto y tenía que cambiar. Hoy nosotros podemos ver con entusiasmo la forma de participación social que esos líderes practicaron en su tiempo.

¿Quiénes son los indignados? Todos aquellos que han sido víctimas de una injusticia, o a los que el propio Stéphane Hessel, escritor, bautizó al lanzar el grito: “¡Indignaos!”. Sin embargo, para Marcos Roitman son aquellos que desde la rebeldía y la digna rabia luchan por una ciudadanía inclusiva, plena, donde la vida suponga el despliegue de todas las facultades humanas y la dignidad sea el referente ético para la libertad de realización, personal y colectiva, asentada en el bien común.

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Saltan a la vista conceptos como el bien y, sobre todo, la realización de una vida más digna, lo que encontró su primer conflicto con las medidas económicas que tuvieron que asumir países como España y Grecia, en época de crisis. En efecto, hay varios rubros de los que surge la indignación y que coinciden con situaciones de crisis económica, de representación política, de legitimidad, de ejercicio de la ciudadanía o por una injusticia.

Hagamos un viaje recorriendo en forma cronológica el movimiento de los indignados, como lo expuse en mi texto “De la Protesta a la Participación Ciudadana”, en el mundo entero, tenemos: Islandia (2008-2009); Túnez: Ben Alí, el dictador que huyó (2010-2011); Egipto, la caída del último faraón egipcio, Hosni Mubarak (2010-2011); Yemen (2011); Libia, el tirano Calígula Muamar Muhamad Abu-minyar el Gadafi (2011); Siria (desde 2011); Irak (2011); Atenas (2012); Estados Unidos: Occupy Wall Street (2011-2012); Chile, la joven Camila Vallejo; Rusia (2011-2013); España, el 15-M (2011-2013); Italia, del circo a la política. Beppe Grillo y el Movimiento 5 Estrellas.

La humanidad se ha dado formas de organización o de gobierno que resultan incomprensibles en muchos casos, sometiendo a millones de personas en un entorno geopolítico que cada vez es más vigilante, pero que al mismo tiempo no tiene todas las herramientas para evitar los excesos.

En junio del 2000 se convirtió en presidente sirio, Bashar Hafez al-Assad, ante la muerte de su padre que ya había gobernado el país desde hacía tres décadas. Y en 2011, en respuesta a la llamada Primavera Árabe y sus triunfos, y la presión internacional, acometió una gran ofensiva contra la población, que pronto se convirtió en una guerra civil y en un baño de sangre.

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Todo ello ha sido resultado de su aferramiento al poder que tarde o temprano perdería. Actualmente, vemos las imágenes donde la ciudad de Alepo está casi destruida y las víctimas se cuentan por miles; se calculan ya 300 mil muertos desde 2011. Algún día caerá Hafez al-Assad, era el cálculo desde aquel año, mientras los rebeldes tenían cada vez más ayuda de otros países.

Hace unos días derrocaban a este dictador, las imágenes del trato a los ciudadanos eran lamentables, los prisioneros salen de agujeros como lo han reseñado múltiples medios de comunicación. Así que hay dictadores que pasan de ser una criatura humana a una criatura salvaje.

@UlrichRichterM

Abogado y activista, maestro en Ciencias Penales. Autor del libro ‘De la protesta a la participación ciudadana’

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