México en el contexto internacional: ¿cómo impacta la política exterior de AMLO en la economía?
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Si algo ha pasado en este sexenio es la falta de representación mexicana en foros internacionales como consecuencia de que el presidente decidió que su presencia era necesaria exclusivamente aquí. También se eliminaron presupuestos para la promoción de la inversión por medio de oficinas internacionales, y muy poco se ha asistido a eventos internacionales por parte del ejecutivo nacional. En pocas palabras, México ha perdido su liderazgo en varios aspectos importantes del ámbito económico y no parece ser algo relevante en las campañas presidenciales pues ninguna de las candidatas o el candidato se han pronunciado al respecto.
En lo que respecta al presidente López Obrador, el resto del mundo parece no existir o peor aún, no importar. Tanto así ha sido el problema que ya hay analistas internacionales que argumentan que Tesla no vendrá a México porque no estamos en el mapa de la economía mundial. Por si no lo sabe, para que una empresa entre al programa Immex se requieren mínimo 20 millones de pesos para pagos de tramitología y tres años de procesos burocráticos.
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Con lo anterior podríamos pensar que si Tesla llegara hoy, no podría empezar a trabajar adecuadamente hasta el 2027, sin tomar en cuenta que sus requerimiento de disponibilidad de electricidad y conectividad carretera no se han ni siquiera empezado. Por esto, desde el año pasado, en junio exactamente en este espacio le dije que Tesla no vendría.
Nuestro país ha dejado de mejorar para atraer inversión suponiendo que el nearshoring será suficiente para que las empresas del mundo vengan a México a localizarse para llegar al mercado norteamericano y “aguanten” toda la carga burocrática que no agrega valor e incrementa los costos. Estamos jugando con fuego en la atracción de inversión extranjera.
Si Donald Trump gana la elección en Estados Unidos habrá cambios importantes en el nearshoring y hay que tener cuidado con este asunto. Para empezar, ya dijo que va a imponer sanciones a las empresas norteamericanas que produzcan fuera de su territorio por “sacar capital”.
No ha dicho qué tipo de sanciones (que irían en contra del tratado comercial actual), pero se sabe por su periodo presidencial previo que algo hará para disminuir la fuga de empleos. Esto va a afectar a México porque llegará menos inversión. También dijo Trump que impondrá aranceles del 60% a las empresas armadoras chinas ubicadas en territorio nacional. Esto en consecuencia reducirá la inversión china y de otros países en México que tienen como destino final a Estados Unidos.
Si tomamos en cuenta la misoginia “trumpista”, la relación entre ambos países va a sufrir un deterioro natural. Si las tendencias se mantienen, una mujer gobernará México y Trump será presidente del otro lado del Río Bravo.
Esta perspectiva no luce muy halagadora y podría generar roces que reduzcan las ventajas para la inversión directa de nuestro país. En 2026 se revisará el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC) y habrá toda una revolución en torno a ese asunto si Trump es presidente.
El presidente López Obrador también “coqueteó” comercialmente con Rusia y China en 2022, si usted lo recuerda. Habló de la posibilidad de firmar acuerdos comerciales al nivel del TMEC con estos gigantes del comercio mundial y de los problemas geopolíticos actuales. Sin embargo, todo quedó en mera especulación, pero nuestro país quedó mal parado con las empresas norteamericanas que nunca estuvieron dispuestas a compartir un mercado de mano de obra con sus grandes rivales.
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Aunque la inversión siguió fluyendo, desde aquel momento nuestro presidente ha sido víctima de acusaciones y desdenes por parte de empresarios norteamericanos. Hasta hay quien dice que las acusaciones recientes que vinculan al presidente con el narco se derivan de ese resentimiento. A pesar de todo, el presidente ha sabido recomponer una relación benéfica en términos económicos y se ha recuperado la confianza.
Con Europa la relación ha sido casi inexistente, fuera de citar a Dinamarca como referente del sistema de salud que se desea. Llama la atención que el presidente no fue a la reunión de Davos en Suiza del foro económico mundial, pero se ha reunido en palacio nacional más de 50 veces en el sexenio con el embajador norteamericano, lo que no es coincidencia sino un claro mensaje de a dónde están puestos los esfuerzos de López Obrador.
No queda claro por qué es desdén al viejo continente si podría haber muy buenas oportunidades de intercambios comerciales que favorezcan el crecimiento económico nacional porque allá tienen mucho dinero y son grandes importadores de mercancías. A principios del sexenio López Obrador dijo que los reyes de España deberían de pedir perdón a los mexicanos por la llegada de Cristóbal Colón a tierras mexicanas y todo lo “negativo” que eso ocasionó a la cultura azteca, ni que decir de lo ocasionado por Hernán Cortés.
Respecto a América Latina las cosas no pintan nada bien. El pleito reciente con el presidente argentino Javier Milei, que llamó “ignorante” al presidente López Obrador no gustó en nada a los participantes de la contienda presidencial y solo deterioró más la imagen de un México aislado de las realidades latinas: lejanía de una potencial integración de los países del continente y poco interés en crear lazos políticos de acercamiento para mejorar la calidad de vida de todos los habitantes latinos.
Caso contrario sucede con los países “enemigos del imperio” como Cuba y Venezuela, cuyos presidentes son recibidos con bombo y platillo y hasta dinero en efectivo les damos a los migrantes que vienen de esos países a pesar de que nuestros conciudadanos no tengan para comer. Aquí aplica el refrán de “candil de la calle, obscuridad de tu casa”.
Bajo una perspectiva económica, no se entiende esa idea de agruparse con estos países porque no tienen nada que sirva para el intercambio comercial. Sin embargo, en la parte política si hay muchos efectos, desde crear un bloque contrario “poderoso” contra los Estados Unidos como el propio presidente Maduro lo dijo en su momento, hasta la creación de una organización para proteger a dos de los tres países de América Latina que más migración mandan a Estados Unidos.
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En conclusión, México está siendo un protagonista con muy “poca luz” de la economía global. Hace falta participar en estos foros tanto para conseguir ayuda internacional para grupos vulnerables (por ejemplo) hasta para promocionar la inversión productiva internacional.
El mundo se está reconfigurando en nuevos bloques geopolíticos donde simplemente nuestro país no aparece por ningún lado porque, bien o mal, nuestro presidente así lo ha querido. Al menos a así lo dicen los otros datos.