Migración, remesas y pobreza

A partir del pasado 15 de septiembre aumentó en forma dramática el flujo de migrantes hacia la frontera norte; una parte importante de ellos procedente de Venezuela, que huyendo de la dictadura escogieron como punto de ingreso a los Estados Unidos la ciudad de Eagle Pass, cruzando por Piedras Negras, sin ser contenidos por las autoridades mexicanas —lo que no excluye la corrupción de nuestros agentes de migración y el acoso de los criminales— ni por las estadounidenses, que en los hechos se ha traducido en una frontera abierta.

Eagle Pass, Texas, tenía en el 2020 una población de 28 mil habitantes, contando con 50 policías y en las últimas semanas han pasado por allí más de 12 mil migrantes de manera ilegal, algunos posiblemente con infecciones contagiosas. Una vez en los centros de procesamiento, por cierto, ya rebasados, son enviados en autobuses a otros similares en Laredo, Texas.

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Si bien los reflectores se han enfocado en la oleada venezolana, no hay que ignorar la otra migración: la de los propios mexicanos. ¿Cómo se ha comportado ésta última? A manera de contexto, entre 2009 y 2014, mientras que un millón de compatriotas regresaron a nuestro país, 870 mil mexicanos llegaron a Estados Unidos, con un saldo neto de 130 mil personas. Esto con base en datos del “Pew Research Center”, un instituto de investigaciones especializado en el tema.

Otra información importante, tiene que ver con el número de encuentros con la autoridad migratoria en los puntos de entrada en territorio estadounidense; se refiere a eventos de migrantes en tránsito irregular. En el año 2017 se reportaron 297 mil de estos encuentros, de acuerdo a datos oficiales del gobierno mexicano, y para este año, hemos estimado un total de 625 mil detenciones, este último dato en base la organización “Wola”, www.wola.org, en un trabajo de Adam Isacson fechado el pasado 22 de septiembre.

Los números muestran un incremento superior al 100 por ciento en este periodo, correspondiendo la mayor parte del mismo al gobierno de la 4T, que ha sido expulsor de compatriotas en magnitudes significativas. Estos migrantes van unos, en busca de mejores oportunidades y otros, huyen de la inseguridad, entre varios factores.

Para este año, se estima que el monto de remesas que llegará a México rondará los 60 mil millones de dólares, como referencia, el presupuesto de Coahuila es de 3 mil 538 millones de dólares, a la paridad de 18.16 pesos por dólar. Otro punto de referencia son las exportaciones calculadas para nuestro estado en 2023, que ascenderían a 64 mil millones de dólares; un 6.6 por ciento superior al monto de las remesas para todo el país. Bien por el sector exportador.

Lo de las remesas es importante, ya que tienen un efecto positivo sobre el ingreso de las personas y las familias mexicanas. El Coneval establece la línea de pobreza por ingresos en dos niveles: el rural, que es de 3 mil 91 pesos al mes, y el urbano de 4 mil 280 pesos. Al tipo de cambio peso-dólar ya mencionado, una remesa de 170 dólares implica que una persona dejaría de ser pobre en el campo, y en la ciudad, bastaría con un envío de 230 dólares para dejar atrás la pobreza.

Así, las remesas tienen un impacto positivo sobre la pobreza, al menos en su componente de ingreso, por lo que los niveles de esta última disminuyen con la entrada de dólares. En promedio para el periodo 2016-2020 los cinco principales receptores de remesas en orden de importancia fueron: 1.- Michoacán con el 12.4%, 2.- Guerrero, 10.9%, 3.- Zacatecas, 10.2%, 4.- Oaxaca, 9.9% y 5.- Nayarit, 7.2%; en ellos se concentra cerca del 51% de estos ingresos.

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En el otro extremo, los que menos remesas reciben son: Coahuila en el lugar 28 con el 1.4%, sigue Yucatán, lugar 29, Quintana Roo, 30, Nuevo León 31 y la Ciudad de México 32.

En resumen: aumenta la salida de mexicanos a Estados Unidos, lo que hace crecer el monto de las remesas, y éstas a su vez ayudan a disminuir la pobreza, lo cual se presume, cuando en realidad no hay de que vanagloriarse. La expulsión de compatriotas le queda al presidente como un segundo anillo al dedo después del Covid.

REDONDEO

Orgullo de Venezuela: Ronald Acuña con un desempeño fuera de serie, seguramente será firme candidato al título del jugador más valioso en la Liga Nacional, y su compatriota Luis Arraez, conquistó el título de bateo con el porcentaje más alto de la Gran Carpa.