Millennials y centennials: ¿Miedo a ser padres?

Opinión
/ 10 julio 2025

Tener miedo de repetir errores es lógico, humano, pero no puede convertirse en una forma de vida con esos temores presentes

Este 6 de julio, el periódico The New York Times publicó un artículo titulado “¿Por qué los millennials temen tener bebés?”. En la actualidad, una gran cantidad de jóvenes adultos, especialmente de las generaciones Z y millennial, se ven obligados a posponer el momento de casarse o de tener hijos. ¿Por qué? Oímos, por parte de ellos, motivos como: la inestabilidad económica, que nuestra vida estará marcada por el cambio climático o que quieren priorizar su carrera. Sin embargo, es obvio que hay una razón silenciosa que se ha convertido en algo extremadamente habitual: el miedo de ser madre o padre para no cometer los mismos errores que sus padres.

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En nuestra sociedad es muy común escuchar que nuestros problemas de adultos tuvieron origen en la infancia. Por eso, muchos jóvenes se sienten asustados de llegar a ser papás o mamás y fallar. Se preguntan:

“¿Y si me paso de duro y lo traumo?”.

“¿Y si me paso de blando y lo malcrío?”.

“¿Y si no soy capaz de cubrir todas sus necesidades y me odia por eso?”.

“¿Y si repito los errores de mis padres?”.

Estos temores son comprensibles, pero no deben paralizarnos. La paternidad siempre ha implicado riesgos, inestabilidad, equivocaciones y, por supuesto, ningún padre puede garantizar a sus hijos que serán felices o que tendrán éxito toda la vida, al igual que mis padres y los padres de mis padres, a pesar de sus esfuerzos y de sus limitaciones, tampoco lo lograron plenamente en la relación con nosotros mismos.

Nuestros padres no fueron perfectos, y nosotros tampoco lo seremos, pero la mayoría de las veces hicieron lo mejor que pudieron con lo que sabían. Hoy sabemos mucho más sobre crianza, sobre neurociencia del desarrollo y sobre salud emocional, y podemos utilizarlo para ofrecer una relación más saludable con nuestros hijos.

No necesitan padres perfectos; necesitan padres que estén, que escuchen, que amen y que estén dispuestos a aprender con ellos. Criar implica recorrer un camino de crecimiento mutuo: a la vez que educamos a nuestros hijos, también nos educamos a nosotros.

Si eres padre o madre, reflexiona: sí, criar implica sacrificios y momentos difíciles, pero también está lleno de amor, de sensación de vida, de oportunidades para crecer juntos. Tener miedo de repetir errores es lógico, humano, pero no puede convertirse en una forma de vida. Esos temores pueden permitir que aprendamos de las heridas del pasado, convirtiéndolas en aprendizajes para construir relaciones más conscientes con nuestros hijos.

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Criar no es impedir que los hijos se enfrenten a conflictos −a los que eventualmente se enfrentarán−, sino enseñarles a resolverlos con amor y resiliencia. No es asegurarles una vida perfecta, sino prepararlos para enfrentarse a la vida con valores, fortaleza y confianza. Si cometemos errores, podemos reconocerlos, pedir perdón y reparar. Esto no te hace peor padre; por el contrario, te humaniza y les enseña a tus hijos que todos podemos equivocarnos y seguir avanzando. No lo olvides: lo más dañino no es equivocarse, sino negarlo y no repararlo.

Los hijos no necesitan que lo seamos todo para ellos; no necesitan padres o madres perfectos. Necesitan que seas “tú”: un padre o madre que los ama, que lucha por aprender, que se siente a veces desorientado, que se da cuenta de que se ha equivocado o que, a pesar de todo esto, está enfocado en caminar con ellos, hasta en la carencia de un mapa.

Es licenciado en Educación con Maestría en Desarrollo Organizacional por la UdeM. Maestría en Psicopedagogía Clínica en España. Cuenta con doctorado en Currículum e Instrucción por la Universidad del Norte de Texas y estudios de Postrgrado en Educación, género, aprendizaje y cerebro en el programa de Velma Smichdt por la Universidad del Norte de Texas.

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