Mirador 23/07/2025
/
22 julio 2025
Admiro a los ateos. Son muy valientes. Aunque no tienen a quién temer... El creyente, en cambio, posee la fe
Este amigo mío con el que tomo la copa –varias– los martes por la noche dijo ayer:
–Admiro a los ateos. Son muy valientes. Aunque no tienen a quién temer, tampoco disponen de un asidero para los tiempos de tormenta o sufrimiento. El creyente, en cambio, posee la fe, esa virtud que permite ver donde los demás no ven. Tiene a quién pedir, y a quién dar las gracias por lo recibido.
Le pregunto con el atrevimiento que dan dos o tres copas de vino:
–Y tú ¿eres ateo o creyente?
Me responde con el atrevimiento que dos o tres copas de vino dan:
–50 y 50.
¡Hasta mañana!...