Recta final de la ciudadanía
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Empezará la semana de sorpresas y propósitos. Sorprenderá el multitudinario paso de abstención a participación. Será sorpresa el estreno de voto de todos los jóvenes que lo depositarán por primera vez.
Puede deslumbrar la sorpresa de tantos ciudadanos dando tiempo y entusiasmo en su dedicación completa al trabajo de vigilancia y comprobación, cumplido en miles de casillas.
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El propósito personal podrá ungirse de lucidez y de sensatez. Se rectificaran diagnósticos, se olvidarán muestreos y se evitarán contaminantes en la decisión. Se extenderá la actitud de defender democracia en todo el proceso, se intentará pasar del “viva México” al “vive México”.
LA MEJOR OPCIÓN
Se preparará, bajo una banda presidencial flotante, un trazo acertado en el instante decisivo. Se irán preparando las partículas electorales que integrarán la inmensidad mayoritaria. Habrá optimismos que quedarán vencidos por la esperanza.
Una semana prepara el voto secreto y libre. Brota de la conciencia, por encima de partidismos y alienaciones, dirigido a la mejor opción para una unidad, reconciliada para prosperidad común.
El anhelo más limpio es que la mayoría elija esa mejor opción.
CLIMA CAMBIA Y HÁBITOS NO
La Tierra usa todos sus lenguajes que activan sus mecanismos de defensa. El cambio climático no puede ponerse en duda porque ventea, llueve, graniza, tiembla, ciclonea hasta llevarse techos regios en confluencias políticas.
En algunos países y ciudades, de gran población, se dan inundaciones y se desatan temporales de gran violencia hídrica y eólica. Se admiran los pobladores por el ascenso de los índices en los termómetros, que parecen proponerse superar marcas anteriores.
Nuestra ciudad se alegra por los encapotamientos y los chubascos repetidos. Le dicen adiós a la sequía y traen algo de frescura a los ambientes recalentados.
Es cambio climático sin cambio de hábitos. Se hace lo mismo y los inconvenientes siguen siendo los mismos. Hay tibieza y negligencia en apresurar los cambios indispensables en los estilos de vida individuales y familiares. Veremos como vendrá la canícula este año.
UN VERBO CONJUGABLE
En cada sexenio se dan intentos de conjugación colectiva. Es el verbo prosperar. Algunos ya le saben todos sus trucos. La mayoría sigue encontrando puertas cerradas y oportunidades fugaces. Cada nuevo sufragio sacude de nuevo las esperanzas de adquirir las destrezas necesarias para no vivir solo con más de lo mismo.
La capacitación, el aprendizaje, el “saber cómo”, sobre todo en el ámbito de la tecnología, que se asoma ya con todas sus exigencias. Se requieren métodos actualizados que preparen generaciones para responder a ese manejo inteligente y modernizado, valorado y remunerado, en el alto nivel de lo que se estrena cada día.
RECONOCERSE COMO UNIDAD
“Yo pienso que muchos no votan por pura soberbia”.
Va manejando Alex su auto japońés. “¿Por qué dices eso?”, interroga desde el asiento de copiloto su amigo Freddy.
“Les cuesta aceptar todos los pasos necesarios para votar. Y saber que solo será un voto, uno solo. Se sienten minimizados, igualados, disminuidos, rebajados... quisieran que su voto valiera mucho más.
Freddy aprovechó el alto del semáforo para ver si, en su cartera, traía, junto con la de débito, su tarjeta de elector...